Dos guajes y un fichaje
29 mar 2017 . Actualizado a las 01:46 h.Siguiendo con el reportaje sobre el filial rojiblanco, pasamos a los tres nombres de la sala de máquinas sportinguista:
-Cristian Salvador: El pivote zamorano es una de las piezas indiscutibles del filial. A sus 22 años acumula ya casi 100 partidos de experiencia en 2ªB. Debutó en la categoría de bronce en el Zamora de su ciudad natal con 17 años. El asturiano Roberto Aguirre, hoy entrenador del Lealtad, le dio la oportunidad y no la desaprovechó ya que a los 19 ya era indiscutible en el conjunto zamorano. El año pasado militó en el Sestao, club desde el que decidió aceptar la propuesta rojiblanca y descender una categoría. Debutó en la vuelta de Copa del Rey en Eibar antes del parón navideño. Su puesto natural es pivote, pero puede actuar de interior más adelantado, o de central. Es precisamente como central donde también ha actuado en varios encuentros, rindiendo también a buen nivel. El principal inconveniente es que la temporada que viene tendrá 23 años, por lo que no podrá alternar primer y segundo equipo. Acaba contrato en Junio y la dirección deportiva rojiblanca tendrá que tomar una decisión con él.
Pedro Díaz: El sierense fue una de las revelaciones de la pasada temporada ya en 2ªB. A pesar de que aún está en último año juvenil nadie duda ya que es uno de los baluartes del filial. Tras realizar la pretemporada este año e ir convocado con la selección sub18 a la Copa Atlántico y a un par de sesiones con la sub-19 se esperaba un gran paso adelante. Sin embargo se le ha cruzado en medio el principal mal del deportista de élite; las lesiones. Durante toda la temporada está arrastrando problemas en una de sus rodillas y se está siendo bastante conservador con él, no disputando el número de minutos que quizá debería. Posee un golpeo a balón parado absolutamente espectacular, siendo ese y su gran visión de juego como mediocentro organizador sus mejores cualidades. Debe mejorar algo en el aspecto defensivo, pero tiene tiempo para ello.
Nacho Méndez: El luanquín está siendo la gran revelación del filial. Aún en edad juvenil, 18 años y se esperaba que su último año de juveniles lo acabase en el División de Honor. Pero se ha ganado el puesto en el filial. Mediapunta de base, se ha reconvertido a mediocentro o interior tiene una calidad fuera de toda duda. Le pega con ambas piernas, aunque su natural sea la izquierda. Desde el puesto de interior izquierdo está deslumbrando a quiénes acuden a Mareo a ver los partidos del segundo equipo rojiblanco. Aunque aún debe seguir progresando, al igual que Pedro debe mejorar en el plano defensivo, está llamando insistentemente a las puertas del primer equipo. Por sus características y su calidad debe dársele la oportunidad este verano de ganarse el puesto arriba.