Caña, tapa y una charla de neurociencia

Pablo Batalla Cueto OVIEDO

ASTURIAS

Gijón y Oviedo son dos de las 21 ciudades españolas participantes en un proyecto de divulgación científica que utiliza como escenarios los bares

24 may 2016 . Actualizado a las 11:47 h.

En un bar inopinadamente abarrotado de gentes de todas las edades, el Secreto a Voces, en la Ruta de los Vinos de Oviedo, se dio pistoletazo de salida al proyecto de divulgación científica Pint of science, consistente en que científicos reputados difundan su trabajo mediante charlas amenas en bares y pubs, con entrada gratuita y hasta llenar el aforo. Oviedo y Gijón son dos de las 12 ciudades españolas incluidas en el proyecto, que se celebra simultáneamente durante tres días --del 23 al 25 de mayo-- en otros 12 países de cuatro continentes, de Australia a Canadá y de Sudáfrica a Brasil.

Según cuenta Teresa Valdés-Solís, ingeniera Química y organizadora del proyecto en Asturias, todo comenzó en 2013 y en el Reino Unido, cuando dos investigadores del Imperial College de Londres decidieron invitar a un grupo de pacientes afectados de párkinson y alzhéimer a visitar sus instalaciones y conocer los últimos avances en la investigación relativa a sus dolencias. Al año siguiente decidieron hacerlo al revés y, en lugar de atraer al pueblo a sus laboratorios, ir ellos mismos allí donde se congrega el pueblo: a los bares. Se comenzó con quince bares repartidos por toda Inglaterra; dos años después, son más de cien las ciudades de todo el mundo que se han sumado al proyecto. Este no alberga sólo charlas sobre ciencias puras, sino también sobre disciplinas como la zoología, el derecho o la historia.

Se trata, explica Valdés Solís, de «dar visibilidad a la investigación cercana y poner cara a los investigadores que están haciendo cosas en la región». Serán 250 los investigadores de toda España que participarán en esta primera edición ibérica. 19 de ellos son asturianos, y tres de esos 19 fueron los encargados de amenizar la velada en el Secreto a Voces: Sergio Calleja, investigador del Instituto de Neurociencias del Principado de Asturias; José Ángel Menéndez, químico adscrito al Instituto Nacional del Carbón y al CSIC, y Laudino López, profesor de psicología en la Universidad de Oviedo. Tan sugerentes como estos fueron los títulos de sus ponencias, impartidas de pie y ante un público entregado y formado por personas de todos los sexos, edades y condiciones que hizo numerosas preguntas y aplaudió con entusiasmo el final de cada una de las tres intervenciones: «¿A qué huele tu cerebro?», «Hackeando el cerebro con ciencia» y «El cerebro que controla el cerebro». La segunda de ellas, a cargo de José Ángel Menéndez, consistió en una serie de trucos de magia con vasos de chupito y cuerdas, en la que el mago, eso sí, explicó las entretelas de cada truco al terminarlo. Se trataba de ilustrar cómo el cerebro, a veces, cree ver lo que no está viendo.

Los misterios del cerebro

Calleja, por su parte, presentó una investigación que, explica, «se basa en dos ideas que se juntaron casualmente. Siempre se pensó que el cerebro estaba completamente aislado del resto del organismo; que había una barrera muy sólida, la barrera dermatoencefálica, que los separaba de manera absolutamente nítida y que muy pocas moléculas eran capaces de entrar o de salir. Sin embargo, el verano pasado se comprobó que existen vasos linfáticos capaces de evacuar determinadas sustancias que produce el cerebro hacia la fosa nasal o hacia los ganglios del cuello, y nosotros ligamos eso con una observación que hacen desde hace tiempo las enfermeras de nuestra planta: que los pacientes con hemorragia cerebral emiten un olor especial». Calleja es aún cauteloso con respecto a esta posible asociación que aún debe ser probada, y explica que, en todo caso, aún habría que comprobar si ese drenaje de los fluidos cerebrales hacia las fosas nasales se produce desde el mismo momento en que la hemorragia comienza o comienza más tarde, pero confía en que la investigación llegue a buen puerto. Si finalmente se demuestra que el drenaje comienza a la vez que la hemorragia, ello podría redundar en un tratamiento mucho más rápido que el actual para este tipo de dolencias.

En cuanto a Laudino López, su charla versó sobre una región cerebral, el llamado cerebro silencioso, que debe su nombre a que hasta ahora se la había creído sin funciones concretas, porque una lesión en ella no parecía interferir con nuestras capacidades, y de la que en cambio se ha descubierto recientemente que no sólo no carece de atribuciones sino que tiene la más importante de todas: es la parte del cerebro que controla al resto. «No hace nada, pero lo hace todo», ilustra López.

La Vinoteca Caprichos es la encargada de acoger el 24 de mayo la segunda jornada de este primer Pint of science español, con dos charlas a cargo de María Luque y Yolanda Fernández («Investigación y tratamientos personalizados en oncología: mitos y realidades») y David Hevia («Una batalla en la célula: el cáncer»). El 25 será el turno del Rocket Rock Club y de Laura Fernández y Rosa Menéndez («Grafeno: el superhéroe de los materiales») y Adolfo Fernández Valdés y Ramón Torrecillas («Nanomateriales: qué son y para qué sirven»).

En Gijón, los bares participantes son El Coleccionista, Toma3 y el café Dindurra. El programa del proyecto se puede consultar en su página web.