La investigación busca nexos entre las cabezas decapitadas de lobos

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

Cabeza de lobo en Doriga (Tineo)
Cabeza de lobo en Doriga (Tineo)

El comportamiento de los autores de esta nueva oleada de cambios ha variado y ya no dejan rastro en las redes sociales. La hipótesis es que no son hechos aislados y buscan presionar a las autoridades

25 jun 2016 . Actualizado a las 21:19 h.

Ya no se trata de unos cuantos descerebrados que ahorcan o decapitan lobos y que se vanaglorian en las redes sociales, mientras dejan un rastro que las fuerzas de seguridad pueden seguir con claridad. La nueva oleada de casos que registra Asturias apunta a un nuevo perfil de los autores, a un cambio en el comportamiento y a una intencionalidad mucho más definida. La investigación está buscando nexos entre los casos. El último, las dos cabezas colgadas del Puente Romano de Cangas de Onís. El más llamativo y polémico, la cabeza decapitada en La Doriga (Salas) hace apenas un mes.  

No es la primera vez que se produce esta oleada de ataques al lobo en Asturias, con cadáveres expuestos en cruces de carreteras o lugares simbólicos. Sin embargo, fuentes conocedoras de la investigación apuntan a que en esta ocasión responde a características distintas. Han proliferado los casos, se han repartido por diversas zonas de la región y los autores continúan ocultos. Nadie ha reivindicado los hechos, ha cometido imprudencias o lo ha difundido en internet, tal y como sí habían hecho en el pasado. Así que parece algo más organizado y con una intencionalidad clara, presionar para reconducir el plan de gestión de la especie aprobado por el Principado. Llama también la atención la coincidencia con fechas electorales, en que las que la sensibilidad está a flor de piel.  

El hecho de que nadie reivindique ni deje un rastro online dificulta la investigación y obliga a las fuerzas de seguridad a abrir vías diferentes de trabajo. En el caso de las dos cabezas de lobo halladas en Cangas de Onís, fueron los agentes de la Policía Local los que tuvieron conocimiento de lo sucedido y las descolgaron. Lo notificaron a la Guardia Civil y el Seprona se hizo cargo del caso. 

La tensión por la gestión del lobo se ha incrementado en los últimos meses y ha implicado a multitud de colectivos, desde los sindicatos ganaderos, que denuncian el incremento de los daños a la cabaña por los ataques y que reclaman más batidas autorizadas por el Principado reducir las manadas de cánidos; a los colectivos ecologistas y animalistas, que critican las medidas autorizadas por el Gobierno del Principado y que señalan que la población de lobos es muy inferior a lo que se dice.

No existe, no obstante, un censo real de la especie, aunque los últimos estudios barajaban la posibilidad de que hubiera unos 200 ejemplares. Fuentes conocedoras del caso creen, sin embargo, que la cifra puede ser bastante inferior. En la actualidad, está en fase de elaboración un registro, a nivel nacional, que cuenta en Asturias con la colaboración del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) y que ha reclutado a profesionales con formación adecuada ,como biólogos, y experiencia sobre el terreno, para hacer un recuento real, autonomía a autonomía.

Otro dato significativo, que viene a colación de esta polémica, es el informe de los daños producidos por ataques de lobos en los últimos cinco años. Un estudio realizado precisamente por Fapas con datos del Gobierno del Principado recoge que se tramitaron más de 15.000 expedientes en un lustro. No obstante, la conclusión a la que llega es muy diferente a la de los colectivos ganaderos, que denuncian insistentemente un incremento de las manadas. Su visión es que las batidas autorizadas por la administración causa la muerte de ejemplares sin criterio y modifica sus hábitos de caza, por lo que cada vez se acercan más a los pueblos y al ganado. El debate parece estar lejos de orientarse hacia la búsqueda de una solución.