Tres trabajadores intoxicados por mercurio en Azsa, en huelga de hambre

EFE REDACCIÓN

ASTURIAS

Protesta de los intoxicados por mercurio en Azsa
Protesta de los intoxicados por mercurio en Azsa

David Peláez y Carlos Acebedo se unen a su compañero David Román que inició la protesta el 16 de junio

27 jun 2016 . Actualizado a las 19:40 h.

David Peláez y Carlos Acebedo, dos de los intoxicados por mercurio en Asturiana de Zinc (Azsa) hace tres años y medio, han decidido sumarse a la huelga de hambre que mantiene su compañero David Román desde el pasado 16 de junio en su domicilio de Avilés. David Peláez, de 40 años, y Carlos Acebedo, de 49, emprenderán mañana una huelga de hambre en sus respectivos domicilios de Avilés para que exigir que se les reconozca la dolencia como enfermedad profesional y que se les atienda debidamente por parte de especialistas. Los tres forman parte de un colectivo de 48 empleados de la empresa auxiliar Ingeniería Montajes del Norte (IMSA) que sufrió una exposición al mercurio mientras trabajaban en las instalaciones de la fábrica de San Juan de Nieva. Cinco ya han sido indemnizados tras presentar la correspondiente demanda judicial, doce están prejubilados y todos ellos se quejan de recibir una atención médica muy deficiente, pese a que los síntomas que asocian a la exposición de mercurio son cada vez más patentes. 

David Román lleva desde el pasado 16 de junio en huelga de hambre para exigir un acceso a unos cuidados médicos adecuados a unos síntomas que, como el resto de sus compañeros, empezaron a sufrir a raíz de su exposición al mercurio. En su caso, se ve afectado por una debilidad en las extremidades superiores e inferiores, aparición de bultos, problemas en la visión y en el oído, pérdida de memoria y una ansiedad general, conformando un cuadro conjunto que le ha llevado a una medida «personalmente tan dolorosa» como es una huelga de hambre para reclamar la atención de Asturiana de Zinc y de las autoridades sanitarias.

«Esta idea llevaba rondando mi cabeza desde hacia tiempo, viendo que no había ningún avance ni para mí, no para mis compañeros», ha señalado. Relata que Azsa facilitó en su día dos médicos especialistas en materia de intoxicación por mercurio, pero a él únicamente le han visto una vez hace casi dos años. «Sólo pido lo justo, sólo pido tener acceso a unos médicos que sepan tratar esto», ha declarado David Román, que pone el ejemplo de que ha pedido una cita para el urólogo y se la han dado para dentro de siete meses.

Los otros dos tienen síntomas parecidos, además de la progresiva pérdida de piezas dentales y, en el caso de David Peláez, una anomalía cardíaca que le acaban de detectar en un control pero que no será atendida por un cardiólogo hasta el próximo mes de enero. «Antes pedía trabajo y este año sólo me lo han dado para dos días; yo soy mecánico y me tuvieron paleando polvo de zinc, con un equipo de respiración en las condiciones en las que estamos, habiendo estado intoxicados», ha declarado Peláez, que lo que quiere es que se reconozca y se trate su dolencia como una enfermedad profesional.

Por su parte, Carlos Acebedo ha insistido en la necesidad de que sean atendidos por toxicólogos expertos porque, en estos momentos, cualquier prueba que tengan que hacer la tienen que pagar de su bolsillo. Acebedo asegura que ya no puede tener un empleo porque el cuerpo no le responde, no tiene fuerzas, y en su casa apenas entran ingresos, «ya que, por desgracia, no trabajamos ninguno por eso tengo que tomar esta decisión tan drástica». Por su parte, Azsa muestra «la máxima disposición para apoyar a los afectados» y, según ha apuntado, «ha venido cumpliendo de forma escrupulosa los acuerdos alcanzados con los trabajadores».