Lampedusa no sabe de aritmética política

angel falcón. director de LA VOZ ANÁLISIS

ASTURIAS

ELOY ALONSO

Los resultados electorales dibujan dos bloques de izquierdas y derechas igualados que no ayudan a despejar la sensación de parálisis

27 jun 2016 . Actualizado a las 09:48 h.

A la manera lampedusiana, todo cambia para que todo quede igual. Medio año después, en esta prórroga futbolística de las elecciones del 20D, Asturias reafirma las directrices de hace seis meses en el reparto de escaños y atestigua que la política no es un ejercicio de aritmética. De ello pueden dar fe las dos coaliciones. El bloque conservador y el de izquierdas igualan sus fuerzas (275.000-280.000 votantes), fundamentalmente por el batacazo de Unidos Podemos, que se deja en el camino 45.000 apoyos. El votante socialista se mantiene intacto (y también esquelético) y resiste el sorpasso vaticinado por las encuestas, tan fallidas como una escopeta de feria. Está por ver cómo estos resultados revitalizan la vida política asturiana, paralizada por la falta de acuerdos entre PSOE y Podemos y por el insuficiente papel de bisagra de IU. Pero parece difícil que las inercias cedan las costuras. El análisis municipal refleja también ese espejo esquizoide al que nos tienen acostumbrados las citas electorales. Un voto rabiosamente de izquierdas cuando se elige alcalde y de derechas cuando se piensa en la Cortes madrileñas.

Oxígeno para el PP asturiano

La coalición PP-Foro gana 20.000 votos respecto a diciembre. Los absorbe de Ciudadanos, a los que resta 10.000 papeletas en un ejercicio de voto útil. Y gana otros 10.000 de ese votante transversal capaz de votar indistintamente a Podemos o a Foro, extremos tan opuestos que para algunos se tocan. Susana López Ares y Mercedes Fernández respiran oxígeno político. Pese a los graves problemas de Oviedo, con un exalcalde investigado por la justicia (Iglesias Caunedo) y otro cuya gestión pufista está siendo revisada por los tribunales (Gabino de Lorenzo), y pese a su insoportable levedad en Gijón, la coalición se impone una vez más en Asturias. Los conservadores han ganado en cinco de las seis últimas citas electorales en el Principado. Pero lejos están aquellos triunfos mayúsculos, sustentados hasta el 20D con no menos de 300.000 votos. La coalición pierde 107.000 votos respecto a los resultados conjuntos de 2011. Y de nuevo la paradoja asturiana: un partido que apenas cuenta con alcaldes consigue una aparatosa victoria en la mayoría de los municipios. Cherines tiene trabajo extra. La candidatura de Rajoy consigue 40.000 votos más que la suya en las autonómicas. A su favor está el acierto en conseguir ir de la mano con Foro, en un proceso de fusión que ha sido capaz de conducir con éxito.

El PSOE capea el temporal

El «no pasarán» esgrimido por Javier Fernández surtió efecto. La llamada a la movilización del voto socialista al menos les sirvió para evitar una sangría de papeletas. El temido sorpasso suponía no solo una frontera psicológica, sino el derrumbe de una barrera de contención política en el parlamento asturiano, cuya correlación de fuerzas es de borrasca semanal. Los socialistas ganan un millar de votos y se mantienen en los 146.000 apoyos. ¿Lanzarán voladores? Se trata de los peores datos en su historia, cifras que reflejan su ineptitud para captar el voto joven y urbano, una rémora que deja entre paréntesis el futuro del partido a medio plazo. El PSOE, que llegó a sumar 326.000 papeletas con Zapatero como candidato, asiste a un lento apagamiento: aguantar la tempestad no es suficiente.

Unidos Podemos, dos más dos son tres

O el fracaso de la aritmética política. ¿Por qué las dos fuerzas que sumaron por separado 185.000 votos alcanzan ahora 140.000? Quizá por la misma razón por la que el agua y el aceite conviven a duras penas. Si el anuncio de coalición mereció el menor apoyo de toda España, los posteriores empellones con Manuel Orviz y con Gaspar Llamazares escenificaron una unión con pinzas, algunas agarradas a la nariz. La agresividad verbal de Podemos, esa tendencia a estirar la cuerda hasta los límites, de conseguir sus objetivos sin muchos miramientos, han provocado un éxodo de votantes de IU hacia la abstención y de Podemos hacia otras vías. Quizá pensando con frialdad, que 140.000 asturianos respalden los planteamientos ideológicos de izquierda/izquierda de la coalición puede ser considerado como un éxito rotundo. Pero cuando las aspiraciones de gobernar no solo España, sino también Asturias son el objetivo final, el resultado se queda muy corto. Queda un análisis pendiente: la situación de bisagra de IU; socio de investidura del PSOE, socio electoral de Podemos. El puente que no logra unir a las dos partes de la izquierda asturiana, ese abanico que abarca desde el centro izquierda hasta la facción más extrema. En la situación de parálisis en la que se encuentra la política asturiana, su papel es fundamental.

El misterio ideológico de Ciudadanos

Los vasos se han comunicado a la perfección, y los 10.000 votos por el partido de Rivera se han fugado a las filas del PP-Foro. El voto útil ha sido su mayor enemigo y deja entre interrogaciones el futuro de C,s y de su papel en Asturias, que a veces es un misterio ideológico. Ignacio Prendes y Nicanor García deberán definir el concepto de un partido que en el Principado aún está por moldear. Labor ardua.