Xicu Hermida, una pica asturiana en Lesbos

ASTURIAS

PROEM

Un bombero de Cangas de Onís asiste a los refugiados que llegan desde Turquía a la isla griega

01 jul 2016 . Actualizado a las 09:16 h.

Su vocación es ayudar a los demás, especialmente cuando están en situaciones de emergencia o necesidad. Tal vez sea esta la razón de Xicu Hermida Fondón para hacerse bombero, y prestar sus servicios en la base de Cangas de Onís. Parragués de nacimiento y muy vinculado a Arriondas toda su vida, a Xicu los valores solidarios le vienen inculcados desde la familia, lo mismo que la impronta sellera y el amor por todas las actividades que se relacionan con el agua. No podía ser menos siendo hijo y nieto de piragüistas.

Especializado en salvamento acuático, a finales del año pasado se enteró de la labor que desarrollaba en Lesbos la asociación Proem-Aid, que había nacido poco antes en Sevilla. Lo comentó con su novia Marta -también sevillana-, y ella le animó a contactar por correo electrónico con ellos. En un abrir y cerrar de ojos, Xicu estaba colaborando con esta asociación e iba a realizar su primer viaje de cooperación en enero, pero un accidente laboral durante la extinción de un incendio le retuvo en Asturias. Así que su primer viaje fue en Abril. Estuvo 15 días apoyando en Lesbos, justo al lado de Mitilene. La experiencia fue dura pero gratificante. Estuvo asistiendo a los refugiados en el agua y en tierra. En junio repitió y estuvo otros 15 días.

De nuevo en Asturias, y totalmente concienciado de la extrema urgencia y necesidad de esta profunda crisis de refugiados, Xicu se siente cada vez más implicado en esta causa. Hasta tal punto que está tratando de recaudar fondos en Asturias «para la adquisición de una nueva lancha para una asistencia en el agua más ágil y completa a los refugiados, además de intentar cubrir la ruta del Mediterráneo que abarca Libia, Malta y Lampedusa, muy activa en los últimos meses y con miles de ahogados», explica.

Relata aún impresionado las penosas condiciones en las que llegan los refugiados desde Turquía, y casi se emociona cuando se acuerda sobre todo de los niños, y también de las mujeres. «Llegan exhaustos, desorientados, con miedo, hambre, sed, siempre de noche...», dice, al tiempo que destaca que «lo primero que hacemos es tratar de tranquilizarlos, de que no se tiren al agua ni se mojen para que no se mueran de frío... y también tratamos el motor de las precarias embarcaciones que llegan sobrecargadas...», cuenta Xicu con un tono de voz que delata una mezcla de rabia e impotencia contenida.

Como buen deportista, Xicu es plenamente consciente de que la ayuda a los refugiados es una carrera de fondo, y se prepara para ella. Se siente muy satisfecho de poder ayudar, tanto que matiza que «en realidad voy sin cobrar, con una licencia sin sueldo y poniendo 300 euros de bote para cubrir gastos de vuelos», comenta. Para este joven bombero todos los esfuerzos se quedan cortos en el firme propósito de curar una de las heridas más profundas que asolan el Mediterráneo, a las puertas de la vieja Europa.

Xicu es ya la primera pica asturiana puesta en Lesbos, y representa el prototipo de joven europeo concienciado de las profundas desigualdades, tragedias e injusticias que tenemos a muy pocas horas de casa: «Los griegos se sienten muy agradecidos de la ayuda española, y por supuesto los refugiados tan solo con su mirada o sus gestos, o con la espontaneidad que destilan los niños -que enseguida aprenden a nadar de nuestra mano- nos llenan el corazón de esperanza...».

Ahora solo queda esperar que Xicu Hermida Fondón encuentre en casa el apoyo que necesita para ayudar fuera.