Cooperativa El Orrio: doble plata para un esfuerzo asistencial pionero

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Socias de la cooperativa El Órrio
Socias de la cooperativa El Órrio

El Principado reconoce los 25 años de una sociedad compuesta por mujeres que despliega una cada vez más diversificada atención a las dependencias en el entorno rural del Occidente tapiego

30 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Plata sobre plata: la Medalla del Principado que el Gobierno regional ha otorgado a la empresa de servicios asistenciales El Orrio Sociedad Cooperativa Asturiana, de Tapia de Casariego, coincide con los veinticinco años de existencia de una iniciativa que, a los méritos de todas las que se integran en la economía social, añade dos circunstancias particulares: su atención a un área especialmente complicada del mapa asturiano y el hecho de estar íntegramente formada por mujeres. Una circunstancia esta última que agregaba hace unas semanas un premio de especial significación a los varios que ya ha cosechado esta cooperativa pionera: el XI Premio Mujer concedido por el ayuntamiento tapiego, que redondea un año muy especial para El Orrio. Y que recarga baterías para seguir en una brecha que no admite respiros.

«Estamos hablando de la zona rural, y por lo tanto siempre nos quedan muchas cosas por hacer», explica Isabel Castaño Piñeiroa, una de las socias veteranas de la cooperativa. Si esa zona rural es, además, el Occidente asturiano, con un perfil envejecido de población -a menudo viviendo a solas-, una orografía complicada y núcleos de población pequeños y dispersos, eso que «queda por hacer» se multiplica. «Estamos viendo que aumenta el número de personas con dependencia, que son aquellos que por un motivo u otro necesitan nuestra ayuda, y el también crece número de gente que solicita nuestros servicios», añade Castaño.

Esos servicios incluyen la asistencia cotidiana para el aseo, la movilidad, el mantenimiento y la ayuda en el hogar, el auxilio con tratamientos médicos o desplazamientos a centros sanitarios, el acompañamiento y el apoyo psicológico, la realización de actividades sociales y culturales  y, en definitiva, todo aquello que contribuya a la mejora de la calidad de vida y la autonomía de quienes acuden a El Orrio. Pero, aun siendo las personas mayores las principales destinatarias de sus prestaciones, las 11 socias y 17 trabajadoras -que en épocas como esta veraniega se refuerzan hasta 22- también están pendientes de personas con cualquier tipo de dependencia o discapacidad, e incluso de menores. Isabel Castaño lo resume de un modo mucho menos técnico, más humano: «Son, en definitiva, personas que necesitan un lazo de comunicación con el exterior».

Además de los servicios a domicilio, que mantiene en permanente movimiento a las trabajadoras de El Orrio por todo el concejo tapiego ara atender a más de 60 personas, la cooperativa gestiona además un centro de día en Tapia de Casariego. En él presta atención a otros 32 usuarios. Redondeando: en torno a un centenar de beneficiarios de una actividad que las socias quisieran extender a concejos limítrofes con los mismos estándares de «calidad, innovación y compromiso» que El Orrio se ha puesto por divisa. Hubo ya algún concurso para otra residencia de día que no salió, pero -asegura Isabel Castaño- «insistiremos». Porque la demanda aprieta y las necesidades no acaban en Tapia.

Para esa tarea, por cierto, no hay barreras de sexo. Es cierto que el hecho de que todas las socias y trabajadoras sean mujeres pone una pica en un mundo empresarial en el que ese hecho es excepción. Pero no es una cuestión de principios, sino un hecho que tiene seguramente raíces sociológicas y culturales, en un mundo como el rural donde el perfil de cuidadora recae con especial exclusividad sobre las mujeres: «Tan sencillo como que no hay hombres en esta zona que tengan la preparación que se necesita. Pero conste que nosotras no rechazamos a nadie», asegura Isabel Castaño.