Fapas alerta de la presencia de osos desnutridos en la Cordillera Cantábrica

europa press REDACCIÓN

ASTURIAS

Osos en la Cordillera Cantábrica
Osos en la Cordillera Cantábrica FAPAS

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes relaciona el hecho con el impacto   climático sobre los territorios del oso. Critica al Principado por la retirada sistemática de animales muertos de la naturaleza

30 sep 2016 . Actualizado a las 09:53 h.

Los equipos fotográficos que Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) usa para seguir la población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica han detectado este verano la presencia de osos desnutridos, algunos «extremadamente delgados» y «con claros síntomas de caquexia», según ha informado Fapas a través de una nota de prensa.

La entidad afirma que 2016 está siendo en algunas áreas de la cordillera, un año climatológico complicado que ha alterado algunos ciclos vitales en la alimentación de los osos. Especies importantes en la dieta alimenticia para el plantígrado, como son las cerezas, sufrieron un fuerte atraso en su maduración, lo que provocó la presencia de muchos daños de osos en colmenas. Los osos buscan en las colmenas alimento proteínico, que obtienen principalmente del consumo de las larvas de las colonias de abejas, aunque popularmente se consideran que el principal atractivo es la miel. Ello ha supuesto a su vez la presencia de ejemplares en entornos más humanizados,que es donde los propietarios mantienen sus colmenas.

Insectos y frutas

Un verano extremadamente seco no ha favorecido la alimentación natural de los osos, basada en la búsqueda de insectos y consumo de frutas silvestres. La productividad de un fruto de gran valor alimenticio como es el arándano ha tenido una productividad muy irregular, en especial en las áreas medias de los valles de montaña, donde esta fruta madura antes que en las zonas de alta montaña.

Lo mismo ha sucedido con avellanos y moras silvestres que si bien tuvieron una gran floración en primavera, posteriormente la fructificación o ha sido muy escasa en muchas zonas, o los frutos apenas se han desarrollado a causa de la sequía.

Estas circunstancias generales de las condiciones climáticas sobre territorios donde habita el oso, condicionan tanto su estado físico como su comportamiento. Un comportamiento que en algunos ejemplares los lleva a la búsqueda de alimento en zonas de mayor intervención humana.

Fapas señala que el despoblamiento rural de las áreas de montaña, ofrece en la actualidad una «magnífica oportunidad para que los osos encuentren comida en los miles de fincas abandonadas en los entornos de los pueblos». Muchas de ellas mantienen aún viejos frutales que sirvieron para favorecer el cierre de las fincas. Manzanos, perales, cerezos, ciruelos, avellanos e higueras son abundantes en estos entornos rurales. Los osos los comienzan a frecuentar en especial cuando, como este año, se suceden situaciones climáticas adversas que hacen disminuir de manera importante la productividad natural de alimento en las zonas de montaña.

Retirada de cadáveres

Pero la presencia de osos en zonas cercanas a humanos no es algo que responda a «desequilibrios» únicamente de la naturaleza. Fapas también señala al Gobierno de Asturias como causante de los mismos, al insistir en la retirada sistemática de los animales muertos en la naturaleza. Se trata de cadáveres que está comprobado científicamente que son parte de máxima importancia en la dieta alimenticia de los osos en determinados momentos de su biología y ecología, y que a través de su consumo obtienen proteína suficiente y reservas energéticas imprescindibles para una correcta evolución de su estado corporal, en especial las hembras acompañadas de crías.

«Pese a las numerosas veces que se ha solicitado al Gobierno de Asturias que aplique el Reglamento de Encefalopatías promulgado por la Unión Europea que junto al Real Decreto del Gobierno de España, permite de nuevo el abandono de cadáveres de animales domésticos en la naturaleza para alimento de la fauna silvestre, en Asturias se continúa recogiendo sistemáticamente todo animal doméstico muerto en las zonas rurales, ya que se ha convertido en un jugoso negocio económico que beneficia a la propia Administración Regional de Asturias en detrimento de la conservación de la biodiversidad de la región y los intereses agrarios que son dañados por la fauna silvestre», alertan desde Fapas.