El Reconquista cocina la investidura

S.D.M. REDACCIÓN

ASTURIAS

ANDER GILLENEA

La situación política centra los corrillos del hall del hotel, centro neurálgico de la mañana de los premios Princesa, más animada que en las últimas ediciones

21 oct 2016 . Actualizado a las 15:47 h.

El último corrillo no se disolvió hasta que no hubo confirmación oficial de que Albert Rivera no llegaba a tiempo para la recepción y que recalaría en Oviedo con el tiempo justo para acudir al teatro del Campoamor. La situación política nacional y su más que probable inminente resolución coparon conversaciones, miradas y confabulaciones en el hall de La Reconquista, el centro neurálgico de los premios Princesa de Asturias, en la mañana de la ceremonia. Pocos pudieron escapar a los focos de los medios y a su voraz interés por conocer nuevos detalles del próximo nombramiento del presidente del Gobierno, en una mañana más animada que en las últimas ediciones, según los profesionales curtidos por años de galardones. Periodistas, científicos, deportistas, nobles, políticos, empresarios, banqueros, militares, la curia y hasta un astronauta conformaron la corte que disfrutó de un ágape con los reyes. La fulgurante aparición de una agotada Nuria Espert tras la recepción dejó de manifiesto que las grandes estrellas aún existen.

El hotel comenzó a animarse pronto. A primera hora de la mañana, Javier Gómez Noya, galardonado en la categoría de los Deportes, paseaba con tranquilidad, vestido de modo informal y comentando la jornada. A escasos metros, Ricard Ford atendía con cordialidad y paciencia a los primeros medios desplazados hasta el hall. Christiana Figueres, exsecretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones para el cambio climático y candidata a dirigir la ONU, y una de las últimas en llegar, concedía sus primeras entrevistas. Hugh Herr despertó la atención de todos los presentes, al aparecer en un traje con pantalón bermuda, que dejaba a la vista sus piernas biónicas. Durante toda la semana, ha remangado sus pantalones para mostrar su obra. Hoy, lo luce con un original atavío. En medio de esa actividad, el presidente del Principado, Javier Fernández, estaba ya sumido en un carrusel de entrevistas radiofónicas, habitual en la mañana de la ceremonia, y que este año tiene el morbo añadido de que, a su cargo de presidente de los asturianos, suma el de responsable de la gestora del PSOE. Poco después apuntaba la posibilidad de que el PSOE se abstuviera en una segunda votación.

Corrillos

Los corrillos comenzaron a formarse con el transcurso de las horas. Hubo invitados que incluso comentaron sin rubor su intención de encontrar un buen grupo en el que poder confabular sobre la situación política. Eso hicieron durante un largo rato, por ejemplo, un nutrido círculo en el que se encontraban, entre otros, Ramón Jáuregi, Jesús Álvarez o Ana Blanco. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, muy en su papel institucional, llegó acompañada del delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, que quedó en un discreto segundo plano, pero con el oído listo para cazar cualquier declaración. Pastor esquivó preguntas y repreguntas sin concretar. Cumplirá con su papel, hablará con los portavoces de los grupos y decidirá el modelo de debate de la sesión de investidura en función de esas conversaciones. Poco más tuvo que decir salvo dar un quiebro para alabar la labor y la proyección de los premios Princesa de Asturias. 

Con tan poca concreción, el locuaz presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, resultó un vendaval de aire fresco. Revilla está convencido de que el PSOE ya no se escapa de la abstención, pero espera que no sea en bloque y que únicamente le den los votos justos. Conoce, no obstante, algún diputado dispuesto a romper la disciplina de voto si, llegado el momento, no le dejan otra alternativa. Así lo comentó en varias ocasiones, en una estancia en la que pocos elevan la voz o hablan con tanta rotundidad. Además de Revilla opinaron el expresidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, o Ignacio Prendes, diputado de Ciudadanos, que estaba a la espera de su esperado líder.

El listado de invitados que alternaron es amplio, desde el duque de Alba a la exministra Cristina Garmendia, el padre Ángel, Luis del Olmo, Pedro Duque, el científico Cesar Nombela, el director teatral Lluis Pasqual, el director de la RAE, Dario Villanueva; Luis María Ansón, Víctor García la Concha, Rafael Matesanz, Rafael Puyol Antolín, Adolfo Suárez Illana, Antonio Garrigues Walker, Xuan Bello, Abel Antón, Adela Cortina, Enrique Fernández Miranda, Pablo Junceda, Miquel Molins, Juan Vázquez, Vicente Gotor,... Todos los campos de la política, la ciencia, la universidad, la economía o los deportes estuvieron representados en los premios.

La reina Sofía también desembarcó en Oviedo para acompañar a Felipe VI y Letizia. Cruzó como una exalación ante los focos y pasó a las estancias privadas. Los reyes, por su parte, pasaron la mañana con las recepciones de los galardonados, los premios fin de carrera y las medallas de Asturias 2016. También tocó el turno de la foto oficial de esta edición, que ha dejado imágenes desenfadadas y curiosas, como por ejemplo al fotógrafo James Nachtwey, premio de Comunicación, asistiendo muy interesado a la charla de Richard Ford, o a Mary Beard, galardonada en Ciencias Sociales, escribiendo sobre la marcha, en un artículo en The Times, su experiencia en Asturias.