Los bomberos vuelven a arder «a lo bonzo» frente a la Junta

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

ASTURIAS

Juan Luis Samartino

Manuel Sordo fue el encargado de quemarse en el aniversario de las movilizaciones

27 oct 2016 . Actualizado a las 20:07 h.

Los bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) han vuelto a escenificar una quema en el aniversario de sus movilizaciones. Manuel Sordo, representante de CSI en el comité de empresa, ha sido el encargado de quemarse «a lo bonzo» a las puertas de la Junta General del Principado por tercera vez consecutiva. Esta vez ha contado con la ayuda del malabarista, Mateo San Pelayo, que ha sido el encargado de quemar al bombero. Como en las anteriores ocasiones, el especialista de cine madrileño, Ángel Plana, ha estado supervisando toda la performance para evitar cualquier tipo de problema. Esta quema ha sido el colofón final de una concentración en la que se han unido a la convocada por el CSI en la administración pública contra la precariedad laboral.

Desde el año pasado, los bomberos están llevando a cabo una serie de movilizaciones para reivindicar la apertura de una mesa de negociación con el gobierno regional, que permita analizar las mejoras de las condiciones laborales de la plantilla. Entre sus peticiones está eliminar la categoría de auxiliar y equipararla a la de bombero, al realizar ambos las mismas funciones, como ha reconocido el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Afirman que la falta de personal y la restructuración del servicio es otro de los grandes problemas de este colectivo. «Tenemos la convicción de que lo que estamos pidiendo está documentado y que es el día a día de los bomberos», señala Manuel Sordo. Apunta además que este mismo jueves, cuando se encontraban protestando a las puertas de la Junta General, el portavoz del grupo parlamentario socialista en la Junta General, Fernando Lastra, les dijo «y lo que os queda». «Con esto nos están diciendo que no tienen intención de negociar», afirma Sordo.  

Esta quema es una más de las llamativas protestas de este colectivo, que han escenificado desde una «crucifixión», plazas de toros y hasta marchas en bicicleta con cascos, botas y ropa interior como único uniforme.