Un estudio constata que el pastoreo en superficies quemadas acelera la degradación del terreno

EFE OVIEDO

ASTURIAS

El catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid Alfonso San Miguel Ayanz sostiene que la explotación de este tipo de suelos «no está justificada desde el punto de vista ecológico»

14 nov 2016 . Actualizado a las 11:55 h.

Un estudio firmado por el catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid Alfonso San Miguel Ayanz desaconseja el pastoreo de ganado en zonas afectadas recientemente por incendios al concluir que «contribuye significativamente a acelerar e incrementar la intensidad de los procesos de degradación por erosión y lavado».

El estudio firmado por el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de los Pastos entre los años 2011 y 2015 ha sido elaborado a petición de la Dirección General de Montes e Infraestructuras Agrarias del Principado de Asturias. Este experto considera que el pastoreo sobre zonas afectadas recientemente (un año o menos) por incendios «no esta justificado desde el punto de vista pastoral». De hecho, advierte de que «puede contribuir a acelerar e incrementar la intensidad de los procesos de degradación del suelo y la vegetación y la propia frecuencia de los incendios».

El estudio explica que «el pisoteo del ganado siempre provoca la compactación del suelo» y sobre terrenos desprovistos de vegetación o con vegetación rala, como los afectados recientemente por los incendios, «contribuye significativamente a acelerar e incrementar la intensidad de los procesos de degradación por erosión y lavado», especialmente en zonas de pendiente. Añade que el empleo de cargas ganaderas en zonas afectadas recientemente por incendios, en las que no se haya restablecido una densa cubierta vegetal, «puede provocar efectos muy perjudiciales en el suelo y, por consiguiente, en los pastos que sobre él puedan establecerse».

El informe, difundido por la Plataforma por los Acotamientos, apunta que las zonas afectadas recientemente por incendios forestales presentan suelos indefensos frente a los procesos de erosión y lavado de fertilidad y fracciones texturales finas, como arcillas y limos. Son suelos «extremadamente frágiles, con una escasa capacidad de recuperación (resiliencia) y que han perdido o visto muy reducido su horizonte superior humífero». Además, añade, en zonas de pendiente y en territorios afectados por incendios reiterados la situación resulta «particularmente grave y llega a provocar degradaciones irreversibles a escala temporal humana».

El pisoteo del ganado en esas situaciones contribuye a acelerar los procesos de degradación y a incrementar su intensidad, advierte el estudio. Precisa, no obstante, que el pastoreo en las zonas afectadas por incendios puede provocar efectos beneficiosos sobre la vegetación herbácea y contribuir a su mejora y perpetuación frente a las formaciones de matorral y arbustedo, «pero sólo cuando esa vegetación herbácea ya cubre completa o casi completamente el suelo y ha adquirido un grado de desarrollo y acumulación de sustancias de reserva suficiente», lo que este experto considera que «no puede producirse en el periodo de un año tras el incendio».

Por ello concluye que el pastoreo sobre zonas afectadas recientemente (un año o menos) por los incendios «no está justificado ni desde el punto de vista ecológico ni pastoral». A este respecto, advierte además de que «su autorización puede generar beneficios o expectativas de beneficio para el que los provoca, por lo que puede contribuir a mantener o incrementar su incidencia en el futuro».

El Parlamento asturiano aprobó el pasado 1 de julio la toma en consideración de una iniciativa del PP para modificar la vigente Ley de Montes y eliminar los acotamientos al pastoreo en terrenos afectados por incendios forestales, una norma que ahora debe ser tramitada en la Junta General.