Trabajadores y miembros de la Ejecutiva consideraron que el despliegue policial era excesivo
17 ene 2017 . Actualizado a las 14:55 h.Los periodistas se agolpaban desde bien entrada la mañana a las puertas de la sede principal de UGT Asturias en Oviedo con sus dos accesos principales fuertemente custodiados por agentes de la Guardia Civil. Cada vez que alguien salía del edificio era inevitable que se produjera una pequeña carrera de cámaras y micrófonos en busca de alguna declaración, de algún nuevo dato sobre lo que estaba ocurriendo en el interior, pero todas las respuestas eran negativas, los trabajadores del sindicato poco podían saber sobre el registro, aunque el malestar, un auténtico cabreo, por la situación era más que evidente.
A la hora de la comparecencia del secretario general muchos de ellos aguardaban en el vestíbulo, con incredulidad, comentarios de «quien haya hecho algo que lo pague» y una sensación de que el episodio era excesivo; algo que Javier Fernández Lanero no dejó de reiterar cuando tomó la palabra. «Aquí nos dedicamos a defender a los trabajadores y hoy no lo hemos podido hacer», aseguró el dirigente del sindicato para quien el despliegue de agentes era «desproporcionado» y estaba contribuyendo a un «espectáculo mediático» que dañaba de forma «irreparable» la imagen de la central. En un determinado momento, Lanero llegó a asegurar que ese daño afectaba «a la clase trabajadora» en su conjunto e insistió en todo momento en que su colaboración con la justicia era total y que «aquí lo que hay son sindicalistas que hacen una labor muy digna».
Al término de su intervención, los trabajadores y miembros de la ejecutiva que le acompañaron, estallaron en aplausos y un «¡Viva la UGT!», al que siguió también el comentario de «¡Que vayan a Génova!», la sede nacional del PP en Madrid, «donde está la Gürtel!»