Los jueces y fiscales asturianos no se sienten presionados por los políticos

Pilar Campo OVIEDO

ASTURIAS

Ignacio Vidau
Ignacio Vidau

El presidente del TSJA y la fiscal superior aseguran que jamás han recibido instrucciones, ni denuncias por presiones, amenazas o intimidaciones para evitar investigaciones de corrupción

25 feb 2017 . Actualizado a las 09:51 h.

Ni los jueces, ni los fiscales asturianos han denunciado ante sus superiores jerárquicos haber sido víctimas de presiones, amenazas o intimidaciones para hacer dejación de sus funciones y, en su caso, dejar de investigar casos de corrupción o de otra índole encardinadas en el ámbito político y susceptibles de investigación en los tribunales de justicia, según han confirmado los máximos responsables de la Fiscalía Superior y el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

El presidente del TSJA, el magistrado Ignacio Vidau, ratifica que jamás ha tenido constancia de que se hayan presentado denuncias o que directamente se le hayan comunicado por parte de los jueces, magistrados-jueces y magistrados asturianos haberse sentido presionados por representantes de los partidos políticos o grupos parlamentarios. «Ni me constan denuncias, ni quejas. Ni a mí personalmente, ni a la Sala de Gobierno nos han llegado denuncias sobre presiones de partidos políticos o de sus representantes».

En la misma línea se ha pronunciado la fiscal superior del Principado, María Esther Fernández, quien corrobora que «en todos los años que llevo de carrera, nunca he recibido una llamada de esas características, ordenándome lo que tengo que hacer».

El exfiscal superior de Murcia, Manuel López Bernal, generó una gran polémica con unas declaraciones públicas, realizadas apenas 24 horas antes de ser relevado de su cargo y sustituido por José Luis Díaz Manzanera, en las que denunciaba haber recibido presiones por perseguir a corruptos, si bien nunca hasta ese momento lo había puesto en conocimiento de  los tribunales de justicia.  Unas controvertidas manifestaciones que no son extrapolables a los órganos asturianos, según ratifican sus máximos responsables.