El sueño truncado de una familia asturiana por adoptar en Etiopía

Elisa Álvarez González
ELISA ÁLVAREZ REDACCIÓN

ASTURIAS

MONICA IRAGO

La entidad que gestiona las adopciones en Burundi y Etiopía cierra y los 81 solicitantes renuncian a los acogimientos y pierden el dinero que habían adelantado

26 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todavía están en estado de shock. Son unas ochenta familias, una de ellas asturiana, que habían iniciado hace años los trámites para adoptar en Etiopía y Burundi. Tras aportar miles de euros, hace unas semanas la entidad colaboradora que gestionaba sus adopciones (ECAI) les pidió una aportación económica para tener viabilidad y seguir con el proceso. Se exigía que al menos veinte familias pagasen, pero no se reunió el número suficiente y la ECAI cerró. Se han quedado sin posibilidades de hacer la adopción y las familias han perdido además el dinero que habían adelantado para iniciar el procedimiento.

Las familias afectadas son 81 que intentaban adoptar en estos dos países, pero los expedientes que no se ven afectados son los anteriores, es decir, los de personas que ya tienen un niño preasignado tanto en Burundi como en Etiopía y que están pendientes de un juicio en estos países, que es cuando se ratifica la adopción. De las 81 familias 51 habían tramitado una adopción en Etiopía y son gallegas. Las otras treinta son de distintas comunidades, ya que Addis Galicia era la única ECAI en España que tramitaba acogimientos en Burundi. En concreto hay diez familias de Andalucía, nueve de Galicia, cuatro de Madrid, otras cuatro de Valencia, una de Asturias, Castilla y León y Cantabria.

Una de estas familias es la de Manuel Alfonso López. Para él, «mataron a 80 familias en vida». Porque puede no parecer una desgracia, pero cada uno la vive en su casa, «a mí ya me mataron el ser padre», cuenta. Tras varios procesos de reproducción asistida convenció a su mujer para adoptar, «y mientras me queden fuerzas daré la lata, porque esto se cerró porque se gestionó mal». Las familias que querían adoptar en Burundi, como es el caso de Alfonso, están pensando en dirigirse al Ministerio de Asuntos Exteriores por si existen posibilidades de seguir tramitando las adopciones por vía diplomática. Una de las quejas de las familias es que la ECAI nunca les habló de los problemas económicos hasta que de repente les soltó que había que poner siete mil euros más u olvidarse de la adopción. «Hubo familias que en noviembre o diciembre hablaron con ellos y no les dijeron nada», cuenta Alfonso.

A Lorena Fernández Gómez, de Jerez, la llamaron ayer. «No he sido capaz de decir nada por la impotencia», dice. Hay diez familias andaluzas en su situación y quieren ponerse en contacto con Exteriores «simplemente por humanidad espero que no dejen tiradas a un montón de familias que teníamos esperanzas». Lorena se sorprende de que de repente, y tras haber entregado más de ocho mil euros, desde la ECAI les pidieran otros siete mil y en un plazo muy breve de tiempo. «Perdone, señora, no todo el mundo tiene ese dinero, yo estoy pagando un préstamo de lo que tuve que aportar antes», explica. La denuncia a la entidad colaboradora en estos procesos, Addis Galicia, es para Lorena la última opción, porque «perderíamos todo derecho a la adopción. Lo haríamos en última instancia para que no volviese a pasarle a nadie». Al igual que otras familias, se siente engañada. «Tú pasas por un montón de trámites y después la Xunta te dice que has contratado una empresa privada que nada tiene que ver con ellos, pues algo tendrá que ver cuando son ellos los que nos llaman», concluye.

Mónica Touriño es una del medio centenar de familias que se han quedado sin adoptar en Etiopía. Desde que se enteró de que les pedían una nueva cantidad de dinero y que pese a darlo no había ninguna garantía de que finalmente hubiese adopción, tuvo claro que no seguiría con el proceso. Quiere denunciar, pero necesita que otras familias se pongan en contacto con ella para hacer fuerza de forma conjunta. En su caso tiene una niña ya, de Etiopía, y desde que comenzó el segundo proceso todo le sonó raro por la prisa con la que le pidieron el dinero, algo que no ocurrió en su primera adopción.