Los boticarios alertan de que la subasta de medicamentos puede vacíar las farmacias

S.D.M. REDACCIÓN

ASTURIAS

Santi M. Amil

El colegio teme que también se puedan «colar» falsificaciones. Advierte al Principado de que apenas habría ahorro

21 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Principado estudia la posibilidad de recurrir a la subasta como método de compra de los medicamentos, tal y como hace Andalucía desde el año 2012. La noticia no ha sentado precisamente bien entre los farmacéuticos que temen las consecuencias que puede tener este sistema que acaba de ser ratificado por el Tribunal Constitucional. El colegio oficial del Principado reconoce que ha recibido «con preocupación» el anuncio del consejero Francisco del Busto. Considera que es «una medida de ahorro cortoplacista» y que puede provocar «desabastecimiento» algo que, por otra parte, ya ha sucedido en las boticas andaluzas. Otro temor afecta a la autenticidad del producto. «En esos otros canales abunda la faslificación», precisa la presidenta del colegio, Belén González-Villamil.

La Consejería de Sanidad del Principado está en estos momento analizando «todos los pormenores» sobre la posibilidad de implantar en Asturias el sistema de selección pública de medicamentos (subasta). No parece que vaya a ser algo inmediato. El propio Francisco del Busto precisa que su departamento actuará «con prudencia y estudiando todos los pros y contras» dado que, pese a ser ratificada su legalidad por el Constitucional, su implantación generó en Andalucía -la pionera- diferentes problemas. El consejero explica que la inminente modificación de la ley de atención y ordenación farmacéutica no contemplará todavía la subasta.

Aún así la mera posibilidad de que el Gobierno asturiano lo esté estudiando ha provocado malestar entre los farmacéuticos. Belén González-Villamil asegura que puede tener «repercusiones muy negativas para la gestión de la oficina de farmacia». Se apoya diferentes argumentos. Todos los medicamentos disponibles en las farmacias cuentan con la debida autorización de la Agencia Española del Medicamento, lo que garantiza la calidad del producto. «Esta garantía no es extensible a los que se adquieren por otros canales, en los que abunda la faslificación», señala. Tampoco piensa que sea una medida de ahorro real. Cree que será, más bien, «cortoplacista». En cambio, sí que apunta efectos negativos, como por ejemplo el desabastecimiento -algo que ya sucedió en Andalucía, recuerda la presidenta- o el cumplimiento del tratamiento por parte de los pacientes.

El colegio plantea que la consejería debería trabajar en otras medidas complementarias. Su idea es trabajar de forma directa con los pacientes crónicos y con la problación envejecida que son los que consumen más fármacos, para mostrarles cómo seguir un tratamiento de forma adecuada y evitar la sobremedicación. Esa labor la pueden desarrollar los farmacéuticos, que son los que están en contacto con los enfermos. 

González-Villamil reconoce que el Constitucional ha avalado la legalidad de la subasta como método de compra, pero también matiza que «eso no quiere decir que su aplicación sea eficaz». Explica, además, algo que el Principado ya ha reconocido, que tendría que modificar la Ley de Ordenación Farmacéutica parapoder implantar esa subasta y que esa modificación tendría que pasar por la Junta General.