La tercera y la vencida

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

Homenaje a los represaliados del franquismo en la fosa común de Oviedo
Homenaje a los represaliados del franquismo en la fosa común de Oviedo

Diversos colectivos conmemoran el 14 de abril en Asturias con actos de homenaje a los represaliados de la guerra aunque las mayores concentraciones republicanas se celebran coincidiendo con los premios de la Fundación Princesa

14 abr 2017 . Actualizado a las 11:29 h.

Un 14 de abril como hoy, pero hace 86 años, se proclamaba la Segunda República en España. Las crónicas de la época hablan del júbilo con que se celebró el fin de la monarquía en numerosas localidades asturianas, singularmente en las cuencas mineras, donde las organizaciones del movimiento obrero eran muy fuertes. Hubo marchas improvisadas por trabajadores que abandonaron temporalmente explotaciones en el Caudal y el Nalón, hubo gaiteros y bandas de música, se cantó el himno de Riego y también la Marsellesa; y en Mieres, hubo una marcha cívica a la tumba de Manuel Llaneza, que fuera dirigente del sindicato minero de carácter socialista, y que había fallecido sólo tres meses antes de ese abril de 1931. Tres años después, en octubre, estalló una revolución obrera que se saldó con miles de muertes, la casi destrucción de Oviedo y una represión feroz como no se había conocido aún en la península. Pero sólo fue el prólogo de la guerra que arrasó casi todo el país desde 1936 a 1939 y que terminaría con una larguísima dictadura que rozaría con los dedos el final del siglo XX. La república quedó marcada para siempre por una tragedia de dimensiones colosales y por eso, su reivindicación en el presente, se acompaña siempre de la memoria de una esperanza pero, sobre todo, de una derrota.

Una república es, al fin y al cabo, un modelo de organización del Estado en el que a su cabeza se la elige mediante sufragio, ni más ni menos. Hay repúblicas presidencialistas y parlamentarias, las hay democráticas y autoritarias, en unas el presidente es figura fundamental del Ejecutivo y en otras tiene un carácter simbólico de representación. Hubo, y también hay ahora, una derecha republicana en España pero fue y es muy minoritaria y cualquier celebración, efeméride y conmemoración contemporánea es fundamentalmente tricolor (aunque la bandera del primera república era tan rojigualda como la presente) e indisimuladamente orientada a un margen del espectro político.

Los actos de carácter republicano organizados en esta jornada en Asturias responden a este tipo. Izquierda Unida, y con ellos el PCE, llevarán a la fosa común de Oviedo una ofrenda floral al mediodía. La Sociedad Cultural Gijonesa y el Ateneo Obrero de Gijón harán lo propio en El Sucu (a las 12:30 horas) en un acto que contará con la intervención de la abogada Beatriz González. Para esta fecha, la corriente interna del PSOE Izquierda Socialista ha remitido un comunicado en el que señala que «el actual sistema monárquico rompe el principio más elemental de igualdad» y apuesta por la «unidad de todas las fuerzas progresistas» para lograr una reforma política que desemboque en un modelo republicano de organización del Estado también «federal y laico».

Son casi inseparables estas celebraciones de las iniciativas dirigidas a reivindicar la memoria histórica de los represaliados en la dictadura. Una semana atrás, Izquierda Unida de Asturias anunciaba la presentación de una proposición no de ley en la que quiere instar al Ejecutivo central a crear una Comisión de la Verdad y una Comisión de Estudio sobre los crímenes del franquismo en Asturias entre otros puntos. Esta iniciativa pretende, según explicó su portavoz parlamentario Gaspar Llamazares, debe cubrir las carencias en esta materia (desde el mapa de fosas a la eliminación de símbolos franquistas) frente a la desidia manifiesta en este asunto del Gobierno de Rajoy que en una ocasión presumió de no destinar ni un euro a la cuestión.

En la víspera de la celebración del 14 de abril, Podemos Asturies anunció una iniciativa similar, se trata la proposición de Ley de Memoria Democrática «sobre la base de conseguir que las víctimas obtengan al fin verdad, justicia y reparación, tal y como se reconoce en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los convenios internacionales y la doctrina Núremberg, recogidos por la ONU». Los morados añaden que «son muchas las comunidades autónomas que han incorporado, o están en vías de hacerlo, normativa en esta materia en el ámbito de sus competencias. Asturies, por su historia y por su gente, no puede seguir mirando para otro lado» además de indicar que el Ejecutivo asturiano destina «apenas» 25.000 euros para labores relacionadas con la memoria histórica y siempre en relación con la Universidad de Oviedo.

¿Cuál es la base social de la reivindicación republicana, o al menos, cuánta es la popularidad de la institución monárquica en el presente? No lo sabemos. En el año 2015, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) marcó el punto más bajo de la democracia reciente en valoración de la Casa Real, un 3,72 de media, en el mes de abril. Dos meses después abdicaba el hoy rey emérito, Juan Carlos I y comenzaba el reinado de Felipe VI. Desde entonces el CIS no volvió a preguntar por la monarquía en sus encuestas y quedó como única referencia la leve mejoría en la valoración de la institución con la llegada de un monarca más joven.

Felipe VI fue durante muchos años Príncipe de Asturias y protagonista, precisamente por ello, de la ceremonia de la entrega de premios que la fundación que lleva su nombre en el teatro Campoamor, cada mes de octubre. Durante las largas décadas de su infancia y juventud, las ceremonias en la capital asturiana eran una celebración sin apenas contestación de un acto que, además de homenajear a figuras destacas de distintas artes y ciencias, pretende fomentar el vínculo de la Corona con la ciudadanía. Pero el estallido de la crisis en 2007 y la prolongación de la recesión sumada al cúmulo de casos de corrupción que también afectaron a la Familia Real rompieron esa luna de miel. En 2012, una concentración de los trabajadores de Cajastur en la plaza de la Escandalera simultánea a la llegada de los galardonados al teatro, quedó fijada como la concentración republicana más mediática (con una retransmisión en directo por televisión) de la historia reciente. La pancarta de «Fartones» quedó grabada en muchas retinas y desde entonces, la escandalera y no abril sino octubre, son el punto de manifestación republicana más relevante del año.

Lo han sido sorteando numerosas trabas por parte de la Delegación del Gobierno que pleiteó (sin éxito) los primeros años para tratar de impedir la concentración para rendirse al final y adoptar la mucho más eficaz estrategia de fijar una valla en medio de la plaza y desplazar (nunca mejor dicho) a los manifestantes fuera del foco de las cámaras y lejos de la primera línea del desfile de premiados y reyes. Aún así se llegaron a exhibir banderas tricolores al paso de las majestades que fueron arrancadas (sin el menor soporte legal ni tampoco ninguna explicación) de las manos de los manifestantes por parte de las fuerzas del orden. El cambio de gobierno en Oviedo llevó al tripartito al frente del consistorio a aceptar (no sin renuencias) un encierro en la sede del ayuntamiento de las Marchas de la Dignidad que en el año 2014 acudieron desde diversas partes de España. Fue la manifestación más numerosa y provocó, al año siguiente, el nacimiento de un movimiento de defensa de los premios y su fundación, con Mafalda como totem, por parte de colectivos comerciales de la ciudad. Si esas protestas republicanas fueron relevantes, lo cierto es que en años sucesivos también fueron menguantes aún siendo todavía algo inédito en un escenario político y de opinión en el que este debate apenas tiene ocasión de cabida.

La república asomó la cabeza un poco en los años inmediatamente anteriores a los últimos comicios generales cuando diversas fuerzas plantearon la posibilidad de una reforma constitucional. Pero los dos procesos que terminaron en la renovación del gobierno del PP difuminaron casi definitivamente ese asunto de la primera línea de la agenda política. El republicanismo crece cuando mengua el apoyo a la monarquía, pero nunca de forma determinante. Sin preguntar por ella, el CIS del pasado mes de marzo reflejaba un aumento de la preocupación por la corrupción que había coincidido (según todos los analistas) con la sentencia del caso Noos. En este abril muchos se manifestaran por la tercera república pero recordando sobre todo al segunda vencida.