Los emigrantes en Reino Unido denuncian la falta de apoyo del Principado

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

REINO UNIDO

JUSTIN TALLIS

Tres asturianos responden a las afirmaciones de Guillermo Martínez, quien comparó su situación con la de los que se encuentran en Venezuela

08 feb 2018 . Actualizado a las 17:06 h.

Llevan ya mucho tiempo residiendo en Reino Unido, pero su futuro allí pende de un hilo. Miles de asturianos decidieron hace años hacer sus maletas en busca de una vida mejor y ahora se encuentran con la incertidumbre de no saber cual será su situación legal. El brexit ha sido un golpe muy duro para todos aquellos que han conseguido asentarse allí y que ahora se plantean regresar de nuevo a su país, algunos con una mano delante y otra detrás. Entre ellos se encuentras Mariaje Amieva, Matías Alonso y J.L -quien prefiere mantenerse en el anonimato-, tres asturianos que han visto como su vida en Inglaterra ha dado un giro inesperado y que han tenido que replantearse cual será su futuro en el país. Por si esto fuera poco, los tres dicen sentirse desamparados al no recibir ayuda alguna del Principado. Todos ellos se han hecho eco de las palabras de la intervención de Daniel Ripa en la Cámara el pasado jueves y de la respuesta de Guillermo Martínez, quien al ser preguntado por el portavoz de Podemos por la situación de los asturianos en las Islas Británicas, respondió que también los emigrantes que se encuentran en Venezuela se ponen en contacto con la consejería.

«No dudo del hostigamiento del régimen de Maduro ni de las estrecheces que padece la población, pero anteponer la emigración venezolana a la británica es una falta de consideración hacia quienes lo están pasando mal en Reino Unido», comenta Amieva. Por su parte, Alonso opina que la comparación del Consejero de Presidencia es «insultante», ya que «ser parte de un colectivo que se puede descartar con un plumazo diciendo que «peor están en Venezuela» me parece muy indicativo de como se ha banalizado la política asturiana y española hasta el punto del ridículo». Respecto a las declaraciones de Daniel Ripa, Amieva señala que «él fue emigrante, trabajó en un Burger King de Londres, por tanto conoce en primera persona el drama de la emigración y habla con conocimiento de causa».

La postura del Principado

Para estos asturianos, el Gobierno del Principado no está haciendo lo suficiente para facilitar su situación allí y el posible retorno de muchos de los que tendrán regresar. «Hasta el momento, las mejores y más fiables fuentes de información y recursos, por ejemplo sobre temas legales, son las redes de apoyo creadas por los propios inmigrantes», comenta J.L. Exige además que se les trate desde el respeto y no calificándolos como «una leyenda urbana», y que no se les pongan trabas a la hora de participar en la vida política española.

Sobre la atención de las administraciones ante el problema que están viviendo, J.L pone como ejemplo al nuevo Primer Ministro de Francia, Emmanuel Macron, quien visitó Reino Unido varias veces para reunirse con colectivos de inmigrantes franceses durante su campaña. «Su postura ha sido siempre extremadamente clara en relación al Brexit. Esa es, en mi opinión, la diferencia entre la postura y el postureo».

Un viaje con posible retorno

Estos últimos meses para los emigrantes en Reino Unido han estado marcados por la incertidumbre sobre su situación legal; las pensiones y las cotizaciones; el acceso a la sanidad y ayudas sociales; además de las hipotecas, el acceso a créditos o a las becas. Esto ha supuesto que mucho de los asturianos que se encuentran allí se hayan planteado volver, como es el caso de Amieva. Esta periodista decidió irse a vivir a Londres en el año 2011 y tras muchos años trabajando en diversos gremios, se propuso hacer lo que realmente le gusta: ser profesora en un colegio de Reino Unido de lengua, literatura y español como lengua extranjera.

El 1 de junio volvió a Arriondas para pasar unos meses y fue el 23 de ese mes cuando los británicos decidieron irse de Europa, justo cuando se había matriculado en el máster universitario que está realizando. «Ahora la gran incógnita es si voy a poder ejercer en Reino Unido dentro de dos años o tendré que buscar otro destino. El tiempo juega en mi contra porque la universidad tardará algún tiempo en emitir el título y después tendré que convalidarlo». Aún así, no pierde la esperanza y asegura que está dispuesta a irse a otro país si hace falta.

Un trabajo que en España no pueden ofrecer

«Ante esta situación, creo que la mayoría hemos pensado en la posibilidad de tener que irnos del Reino Unido. Lamentablemente, cuando me planteo emigrar no es para volver a España, sino para irme aún más lejos», comenta Matías Alonso. El no ser llamado por la bolsa del SESPA y el ir encadenando trabajos temporales hizo que este enfermero con un doble máster decidiera coger las maletas e ir a trabajar a Inglaterra. Poco después de llegar empezó a trabajar en el ámbito sanitario hasta que le ofrecieron un puesto de profesor titular de salud publica en la Universidad de Brighton.

Este ovetense ha tenido la oportunidad de hablar con compañeros españoles del departamento de sanidad o de la universidad y lo que parece claro es que casi ninguno se ha planteado volver a Asturias o a España. «En mi caso no es sólo que no me puedan ofrecer ningún puesto ni parecido al que tengo aquí, sino que no me pueden ofrecer ni una mínima estabilidad aunque sea como enfermero», comenta.

Una nueva vida en Inglaterra

J.L decidió emigrar a Reino Unido en 2005 para vivir la experiencia de conocer en primera persona otra cultura, aunque asegura que la precariedad laboral «es un elemento a tener en cuenta para entender la migración de los jóvenes asturianos». Durante años trabajó en hostelería hasta que consiguió ahorrar el dinero suficiente para comenzar un postgrado. Obtuvo la mejor nota de su promoción, lo que supuso la posibilidad de continuar con su formación a través de una beca de doctorado, una oportunidad que dice jamás se le hubiera planteado en España.

Desde hace un año trabaja como profesor universitario y ha conseguido asentarse allí junto a su pareja. A pesar de que echa de menos Asturias y que su trabajo le permite pasar varias temporadas en la región, reconoce que volver definitivamente no es una opción. «Regresar al Principado supone renunciar a cualquier tipo de aspiración laboral, a no ser que conozcas a alguien que te pueda ayudar. Y cuanto más cualificado estés, peor, más complicado se vuelve el retorno».