Decálogo de peticiones del campo asturiano para salir a flote

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Plantación de Faba Asturiana IGP
Plantación de Faba Asturiana IGP

Los agricultores y ganaderos de la región se movilizarán el próximo 14 de febrero en Oviedo para dar visibilidad a su situación «límite», que en Asturias se ve agravada por los daños de la fauna o por la propia orografía del territorio

08 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los agricultores y los ganaderos asturianos aseguran que tienen razones de sobra para salir a la calle, para movilizarse como están haciendo los profesionales del campo de toda España, que en estos días han llevado a cabo tractoradas, manifestaciones y concentraciones en muchas capitales de provincia en protesta por la situación que vive el sector. En nuestra región la movilización tendrá lugar el próximo 14 de febrero en Oviedo, también convocada por las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, porque como han reiterado los representantes de estos sindicatos en nuestra comunidad, aquí también se está «al límite». Al límite en muchos sentidos: en rentabilidad, en fuerzas, al límite hasta el punto de plantearse seriamente seguir con su trabajo o de tirar la toalla como ya lo ha hecho otros compañeros porque están trabajando a pérdidas, sobre todo en productos como la leche y la carne, y porque las peculiaridades de nuestro territorio, como los daños de la fauna y la orografía, agudizan aún más esa situación, apunta el presidente de ASAJA en Asturias, Ramón Artime.

Es la realidad que sufren cientos de familias que se dedican a la producción de alimentos. La situación es de tal gravedad que lo que se exige a estas alturas es «una acción urgente y coordinada por parte de las administraciones y de la cadena agroalimentaria en su conjunto», demandan desde las organizaciones agrarias. Una actuación que ha de abarcar diversos ámbitos para que la situación del sector mejore. Este es el decálogo de peticiones del campo asturiano para salir a flote:

1. Precios justos. Los agricultores y ganaderos asturianos están entregando productos como la leche, la carne o las patatas a un precio por debajo del de coste, lo cual les dificulta enormemente alcanzar una mínima rentabilidad, y más aún teniendo en cuenta que lo que hay en Asturias con pequeñas y medianas explotaciones porque la orografía dificulta que se puedan aprovechar grandes superficies de terreno. Esos bajos precios provocan el desequilibrio de la cadena agroalimentaria, que provoca que gran distribución e industrias sean pocos y poderosos y los agricultores muchos y débiles. El presidente de ASAJA señala que quizá en Asturias el precio de la leche esté un poco mejor que en otras comunidades autónomas, «pero es el mismo precio que hace 25 o 30 años», por lo que apostilla que los márgenes son reducidos.

2. Repercutir los costes de producción. La subida de los costes de producción (energía, abonos, transporte, mano de obra, piensos…) se ha convertido en un enorme problema para los profesionales del campo asturiano, que no tienen capacidad de trasladar esa subida al precio de sus productos y se ven obligados a vender por debajo de sus costes. Artime explica que para afrontarlo, las ganaderías que antes tenían 15 o 20 vacas han pasado a tener 60 o 70 para poder compensar el incremento de los costes de producción. Pese a eso, los costes ahogan en muchos casos a los productores de forma sangrante, hundiendo sus posibilidades de futuro y abocando al cierre a muchas explotaciones como cada año demuestran los datos de explotaciones en activo. En el último año, Asturias ha perdido unas 90 ganaderías de leche.

3. Freno a la especulación con los productos agrarios. El sector del campo denuncia que, mientras la rentabilidad de la agricultura y la ganadería está bajo mínimos, siguen produciéndose «prácticas comerciales abusivas y desleales» por parte de la industria y la distribución. Por ello, consideran que la ley de cadena alimentaria debe cambiar, aunque el presidente de ASAJA se muestra escéptico con que algún día se vaya a establecer un precio mínimo para los productos cuando estamos en una economía de libre mercado. «Los agricultores y los ganaderos somos los dueños del producto, pero perdemos fuerza a la hora de controlar ese producto en el mercado», señala Artime. Así, el mismo demanda un cambio en la ley de la cadena de alimentación para que las explotaciones alcancen la rentabilidad y no tengan que cerrar.

4. Ayudas con menos exigencias. La situación de fragilidad de ganaderos y agricultores es tal que las diferentes administraciones han tenido que destinar fondos para apoyar a un sector estratégico y clave para la sociedad. Sin embargo, desde las organizaciones agrarias aseguran que las ayudas «llevan años sufriendo recortes», a lo que el presidente de ASAJA Asturias añade que las ayudas, como la PAC, «cada día tienen más burocracia y exigencias medioambientales» de muy difícil cumplimiento si se quiere optar a esa subvención. «Quienes hacen las normativas deberían saber si lo que plantean lo van a poder cumplir o no los profesionales del campo, porque igual no es lo mismo cumplir una norma en Castilla La Mancha que en Asturias», se queja Ramón Artime, que pide que se tengan en cuenta las peculiaridades de cada territorio «si queremos mantener la actividad agraria en Asturias».

5. Alternativas para el reto climático. Artime tiene claro que agricultores y ganaderos «somos los principales cuidadores del medioambiente». Por eso, los profesionales del campo están aprovechando las protestas para defender su papel en relación con el reto climático porque la capacidad que tienen para gestionar el entorno «es indiscutible». «Sin nuestras actividades tendríamos una naturaleza más asilvestrada y sin control y más riesgo de incendios forestales y desertificación», señalan desde las organizaciones agrarias. En este sentido, el representante de ASAJA insta a las administraciones a que busquen alternativas a medio plazo al reto climático que no supongan una agresión directa a los trabajadores del sector primario. La normativa de purines generó una importante incertidumbre entres los ganaderos asturianos hasta que el Principado fijo las exenciones por lo difícil que se hacía su cumplimiento en nuestro territorio.

6. Regular de la fauna salvaje. Una de las amenazas que cada día sienten los ganaderos y agricultores asturianos es la de la fauna salvaje: lobos que atacan cabezas de ganado o jabalíes que destrozan plantaciones. De hecho, al cabo del año se denuncian cientos de daños a la administración regional. El sector no pide que se maten depredadores indiscriminadamente, pero sí que se regulen las poblaciones para posibilitar una convivencia teniendo en cuenta de forma preferente los intereses de los profesionales del campo, porque Artime apunta que las ayudas que reciben por los daños no son la solución que quieren los ganaderos.

7. Control a los productos de fuera. El sector agrícola asturiano quiere poner el acento en las exigencias que se les imponen a los productores de aquí pero dudan que se pidan los mismos controles de calidad a los productos que vienen de otros países. «Es como si aquí el campo tuviera que dar un paso atrás en la forma de cultivar», señala Ramón Artime, de ASAJA, que pone sobre la mesa que «con esa forma, agricultores y ganaderos siempre llenaron los lineales de productos y nadie puede decir que pasó hambre por el precio que tenían, y eso siempre con las garantías sanitarias y de calidad según la legalidad vigente». Así, señala que el sector se queda en una «situación de indefensión» cuando los productos que llegan de según que países «no tienen las mismas exigencias».

8. Reconocimiento del sector. Los profesionales del campo son actores «clave» en la sociedad, sin embargo, no están valorados como tal. El caso es que sin ellos, no hay alimentos y, por tanto, si no hay un medio rural vivo, no habrá futuro. Así, desde UPA hacen un llamamiento a la sociedad para que el orgullo rural se extienda a toda la población. «Sólo un país orgulloso de sus orígenes -rurales- y de sus valores  -como nuestros alimentos y nuestra gastronomía- podrá tener un futuro próspero», advierten desde la organización sindical.

9. Nueva reglamentación para los productos. Otra de las reivindicaciones urgentes del sector es un cambio legislativo para permitir que agricultores y ganaderos lleven a cabo la venta directa de sus productos. Además, en materia de etiquetado, consideran fundamental imponer la obligatoriedad de reconocer el origen de todos los alimentos en su etiqueta.

10. Reivindicación del papel vertebrador. La preocupación sobre el problema demográfico y territorial crece día a día y, si bien el debate sobre la España vaciada ha saltado a los primeros niveles en el ámbito nacional, de especial relevancia es la situación de Asturias por la pérdida de habitantes que sufre año a año. En ese debate tienen baza los agricultores y ganaderos, que advierten que «sin nosotros, no habrá futuro para el medio rural». En este sentido, Ramón Artime, de ASAJA, insta a las administraciones «a que cuiden y mimen con políticas adecuadas a los que están para cortar la hemorragia, porque de eso dependerá que en Asturias siga habiendo sector primario». El mismo señala que la media de edad en los profesionales del campo asturiano ha subido entre 15 y 20 años y que es «muy difícil que la gente vuelva al medio rural». Por ello, ve necesario que tomen medidas también «para mimar a los que están» para que las siguientes generaciones de esas familias se decanten por quedarse en el medio rural «y no sólo medidas para nuevos profesionales del sector» que, por supuesto, considera que igualmente son necesarias.