No son solo un plato humeante ideal para comer en invierno: las legumbres también se pueden untar. Te damos ideas para sacarles el máximo partido

Si no te encuentras entre los fans de las legumbres vamos a darte una serie de argumentos para que reconsideres tu postura. Si eres de los que crees que engordan o que solo se pueden comer en invierno y guisados en contundentes potajes, vamos a intentar sacarte de tu error. En primer lugar, con una serie de argumentos nutricionales, que te descubrirán todo su potencial nutritivo. Además, con una serie de recetas originales y divertidas que te motivarán a ponerte delante de los fogones. ¿Te atreves a untar unas legumbres?

¿Por qué comer legumbres de manera habitual? Son una excelente fuente de proteínas vegetales. Así, 100 gramos de lentejas contienen 25 gramos de proteínas. Son ricas en fibra, lo que ayuda a mejorar tu salud digestiva. Si todavía no estás convencido, debes saber que son bajas en grasa y que apenas tienen colesterol, por lo que te ayudan a mejorar la salud digestiva y a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Su alto contenido en hierro las convierte en un arma para combatir la anemia y su elevado índice de potasio estimula el buen funcionamiento del corazón y de los músculos. Su bajo índice glucémico las acercan a los pacientes de diabetes. Lo mismo sucede con los celiacos y los intolerantes al gluten. Son bajas en sodio e indicadas en comensales con hipertensión.

El listado de beneficios para tu salud, como ves, es muy extenso. Pero aún te podemos dar otro argumento más desde el punto de vista práctico. Las legumbres pueden almacenarse durante mucho tiempo y consumirse a lo largo de todo el año. No se estropean, así que pueden convertirse en un producto muy socorrido para ese día que no sabes qué hacer y que no te apetece nada ir a la compra. ¿Tienes en la despensa garbanzos, lentejas, judías verdes, fabas o guisantes? Entonces, prepárate a improvisar.

Si solo puedes pensar en unas lentejas con chorizo o en un cocido de garbanzos, vamos a darte el primer empujón con una serie de recetas que abrirán tu mente de cocinero. Desde patés hasta postres, pasando por deliciosos sándwiches o ensaladas. Todo es posible.

Tritura unas alubias cocidas con unas hojas de hierbabuena y alguna que otra especia y dale un nuevo aire a tu paté de legumbres. Úsalo en tus tostas, bocadillos o incluso para untar verduras. El hummus es siempre una opción socorrida. El más tradicional es el mediterráneo, a base de garbanzos con olivas y queso feta. Puedes darle un toque de distinción con un poco de jamón. Pero también tienes la opción de elaborarlo con guisantes. Podemos complicarlo un poco más y preparar unas hamburguesas veganas, con garbanzos y espinacas o con lentejas, en una receta típica de la cocina de aprovechamiento.

Las ensaladas también son platos fríos o templados muy socorridos y que te permiten ampliar la posibilidad de comer legumbres. ¿Qué te parece una ensalada exprés de quinoa con lentejas y fruta de temporada? ¿O un refrescante ceviche de lentejas? Otra opción quizá más sencilla es un tradicional salteado de judías con jamón, que puedes alegrar con un poco de ajo y un aceite de oliva virgen. 

Otra opción es utilizar las legumbres como guarnición. Te proponemos que te metas en los fogones para preparar un salmón asado con crema de guisantes al aceite de orégano. La crema puedes utilizarla a modo de cama sobre la que colocar el salmón, dorado previamente en una sartén y rematado en 15 minutos en el horno a 180 grados. Para darle un toque personal, 24 horas antes, deja aromatizando un aceite con orégano.

Nos falta el postre. Te proponemos una receta sin gluten y sin lácteos de un pastel de alubias blancas. Se trata de un delicioso dulce elaborado a base de coco, vainilla y arándanos con una textura muy especial que le proporcionan precisamente las alubias blancas. No aportan ningún sabor, tan sólo modifican la textura y le confieren un plus de saludables proteínas vegetales.

No solo en potajes puedes servir las legumbres, que celebraron su día internacional el pasado 10 de febrero. Ya ves que el abanico que se abre al margen de las recetas clásicas es inmenso. No renuncias al sabor ni tampoco a sus propiedades y son una buena alternativa para cualquier época del año y en cualquier ubicación. Sorprenderás a muchos la próxima vez que saques de tu mochila un sándwich, te pregunten de qué es y tú respondas que su ingrediente principal son unos garbanzos.