¿Con quién pactar?

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

06 jun 2016 . Actualizado a las 08:57 h.

Con quién va a pactar usted, lector? Porque yo también estoy convencido de que, en las elecciones de junio, casi todos vamos a votar pensando al mismo tiempo en con quién va a pactar el partido que elijamos. Al parecer, no hay vida ?ni, por lo tanto, Gobierno? fuera del acuerdo entre distintas fuerzas para lograr una mayoría suficiente (y a poder ser, absoluta). Esto parece permitirnos asegurar que nos iremos de vacaciones de verano con los deberes hechos. ¡Por fin! Lo contrario apuntaría hacia una pesadilla.

Ahora ya los conocemos mejor a todos y tenemos una idea más clara de lo que pueden dar de sí. Incluso Unidos Podemos (UP) y Ciudadanos ya no nos parecen nuevos, después de haber convivido con ellos todos los días de la anterior campaña. Las verdaderas novedades parecen estar en el sistema, es decir, en el marco socioeconómico y político, que se nos revela azotado por vendavales de dudas e incertidumbres. Han desaparecido algunas certezas que nos anclaban en el mejor de los mundos posibles y han sido sustituidas por recelos y desconfianzas que desnutren nuestra confianza en el futuro. Esto nos afecta especialmente como votantes deseosos de acertar con el voto.

Porque, ¿qué o quiénes nos convienen? Basta leer a los expertos más acreditados para darse cuenta de que las soluciones para nuestros problemas (y para los problemas de la Unión Europea) no son fáciles de identificar y afrontar. Cabe decir, tal vez, que votaremos a ciegas, pero con la mente puesta en el futuro que intuyamos como el más deseable. Por ello, y a pesar de la bruma, es tan importante apostar por un pacto y votar.

¿Apostar por qué pacto? Las combinaciones están servidas: PP-PSOE, PP-Ciudadanos, PSOE-Ciudadanos, PSOE-UP? Las consecuencias de que elijamos una y no otras serán determinantes. España tiene problemas que se pueden afrontar de un modo u otro, pero los resultados nunca serán iguales, porque las soluciones que ofrecen los partidos son distintas y, a veces, contrarias en su desarrollo y en sus objetivos. Por eso ahora tenemos el deber de buscar ese posible tándem capaz de evitarnos males mayores y guiarnos a un futuro de estabilidad y progreso. Es cosa de tomárselo en serio.