Lectura de estrellas en el lago Babia

OPINIÓN

Vía láctea en águila.
Vía láctea en águila. Juan Ignacio (A.L.A.)

29 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace tan solo tres años, el cielo de la hermosa comarca leonesa de Babia fue declarado por la UNESCO star park. Los parques estelares, según leo en la página de la Fundación Starlight, son áreas rurales delimitadas y no necesariamente extensas, que pertenecen por lo general a municipios que protegen sus cielos nocturnos lo suficiente como para desarrollar actividades de observación ligadas a eventos astronómicos.

Nada más ser declarado parque estelar el cielo de Babia, el 25 de junio de 2014, la Asociación Estás en Babia puso en marcha la convocatoria todos los veranos de una serie de citas a media noche en el Lago de Babia, situado a 1.600 metros de altitud, para la que cuenta con el asesoramiento de la Asociación Leonesa de Astronomía (A.L.A.). Este año el evento se ha celebrado ya el pasado 23 de julio y volverá repetirse los días 20 de agosto y 10 de septiembre, por lo que quienes visiten la zona y sientan interés por las nebulosas y constelaciones no deberían perderse la oportunidad de presenciar tan alto e impresionante espectáculo.

Contarán para ello con varios telescopios instalados por el equipo de astrónomos y las ilustrativas explicaciones de José Vicente Gavilanes, profesor de Filosofía del instituto Padre Isla de León, presidente de A.L.A. y un auténtico enamorado del firmamento. Tanto él como sus compañeros -no menos apasionados por las esferas celestes- responden a su vocación estelar hasta tal punto que no habrá una sola pregunta o una sola curiosidad de los espectadores a la que no contesten, ofreciendo al tiempo la posibilidad de asomarse al telescopio para acercarse a tal o cual planeta o grupo de estrellas.

Como las noches suelen ser frías y el tiempo discurre sin urgencias ante el extraordinario espectáculo que se presencia, la organización ofrece bebidas calientes al público para entonar el cuerpo y prolongar la cita hasta primeras horas de la madrugada. Algo más de sesenta personas asistieron a la sesión del pasado 23 de julio, iluminada una hora después de iniciarse por la luna, cuyo fulgor eclipsó en parte una mejor percepción del campo estelar.

Desde aquí, mi felicitación a las dos asociaciones empeñadas en dar tan ilustrada como intensa lectura del cielo babiano, y mi agradecimiento muy especial a José Vicente Gavilanes y a sus compañeros de A.L.A. -cuya página y revista (LEO) aconsejo- por vivir tan a fondo el firmamento y dar luz, con sus conocimientos y sus punteros láser, a la identidad de las estrellas de modo tan participativo.