En política nada es por casualidad

OPINIÓN

20 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace algunos días alguien me dijo, y no lo he dejado en saco roto, «en política nada es por casualidad». Sale a colación esto debido a los comentarios en relación a mi último artículo en el que advertía la posibilidad de que Javier Fernández, con motivo de su nombramiento como Presidente de la Gestora del SOE recientemente formada, pudiera alcanzar liderazgo a nivel nacional. Creo que tal posibilidad se halla muy en ciernes, pese a la escasez de tiempo que resta para la convocatoria del Comité Federal, pudiendo sufrir un fiasco de enormes proporciones, ya que la búsqueda de posiciones que obliguen a los parlamentarios socialistas a adoptar una posición uniforme sobre la investidura de Rajoy aún está por determinar. Pero, ahora, viendo los sucesivos acontecimientos, declaraciones al respecto, opiniones vertidas por medios de comunicación en estos últimos días, al margen del triunfo o fracaso que pudiere depararle a Javier Fernández, podemos sostener que «en política nada es por casualidad”. La trayectoria de Javier Fernández ha demostrado de forma constante y continuada una concordia, en algunos casos, más allá de lo tolerable -hasta ahora solo a nivel regional- con el Partido Popular.«En Política nada es por casualidad». Esa concordia yo mismo la he visto de cerca, cuando allá por el año 2011 accedíamos al Ayuntamiento de Oviedo siete concejales de Foro como segunda fuerza más votada por encima, incluso, del partido Socialista -y entonces no había partidos emergentes-. Por aquel entonces, la concejala número uno de la lista socialista, Paloma Sainz, al día siguiente de las elecciones, saltó a la palestra mediática y dijo que había que pactar con Foro, hacer alcalde a González de Mesa si fuere preciso, para quitar a Gabino de Lorenzo de su atalaya de más de 20 años. Al día siguiente fue obligada a dimitir por la Federación Socialista Asturiana dejando, incluso, el cargo de concejala y siendo sustituida por un fiel a dicha Federación y, muy especialmente, a su secretario general, Javier Fernández. «En política nada es por casualidad». Pero el asunto no ha quedado en eso, porque si así fuera pudiera ser explicable que no se quiera favorecer a Foro en detrimento del Partido Popular, aunque podrían ocurrírseme argumentos más sólidos  que el dado por Alfredo Carreño al decir que le daba igual De Mesa que De Lorenzo para ostentar la alcaldía. Para no irme de mis argumentos, como he dicho, el asunto no quedó ahí. Javier Fernández, no solo no permite al Grupo Socialista apoyar o pactar con Foro la alcaldía de Oviedo, sino que, incluso, y esto es lo grave, no propone candidato; es decir, se abstiene, dando como argumento Carreño: «Si me presento, en una de estas me votan». No señores, los socialistas de Oviedo, entonces, en armonía prefecta con Javier Fernández, jefe en Asturias del SOE, no han contemplado la posibilidad de alcanzar  la alcaldía de Oviedo, ni mantuvieron las más mínima intención, ni nos la plantearon a nadie, incluso, sabiendo ahora después de tanto tiempo, que tal posibilidad hubiera sido posible por acuerdos que se hubieran alcanzado más allá de la opinión de los que entonces éramos concejales de Foro en Oviedo. La conclusión es obvia; Gabino tenía que seguir siendo alcalde de Oviedo. «En política nada es por casualidad». Aquella legislatura vino marcada por asuntos hoy olvidados por algunos, pero vivos en el recuerdo de los que vimos infamias que demuestran la posición de acuerdos vergonzantes por opacos entre el Partido Popular y el SOE. Ejemplo de ello ha sido cuando presentamos una moción para devolver al ayuntamiento el control tributario en detrimento de de la mercantil concesionaria del servicio que hoy todos conocen y que no es otra que la auxiliar de recaudación, acreditando, entonces, que la privatización del mismo suponía una merma económica de 38 millones de euros durante los cuatro años de la concesión, cuando aquel servicio era gestionado exclusivamente por el ente de Servicios Tributarios en todos los ayuntamientos de Asturias, excepción hecha de Oviedo. Dicho organismo pertenecía a la Administración regional y había sido creado durante los mandatos socialistas en nuestro Principado. Pues bien, a nivel oficioso, esa moción ha sido bien vista por el Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Oviedo, sin embargo, el mismo día de la votación, nos comunican su decisión de votar en contra. « En Política nada es por casualidad». Esto es un ejemplo de mi experiencia personal en lo que a estos particulares que les comento se refiere. Pero el tiempo ha trascurrido y las nuevas elecciones municipales en Oviedo, en donde el candidato socialista, Wenceslao López, es un verso libre frente a los poderes del sr. Fernández, quien, pese a ello, aceptó no votar a favor de Podemos-Somos, tras la imposición de la Federación Socialista, comandada por Javier Fernández, obligándole, ahora sí, a que se propusiera él a la investidura en la creencia de que seguiría la alcaldía en manos del Partido Popular. Pero todo se vino al traste, y para sorpresa de todos, SOMOS-Podemos invisten a López como alcalde de Oviedo. Fuera ya del ámbito local, ¿qué me dicen Vds. de la pinza sufrida inmisericordemente contra el gobierno de Cascos por parte del PP y PSOE? Algo incomprensible si consideramos que las enmiendas a los presupuesto presentados por el gobierno de Cascos lo han sido siempre a la totalidad, sin dar opción a negociar nada, y sin presentar propuesta alternativa concreta. «En política nada es por casualidad». Y corre el tiempo y Javier Fernández alcanza la Presidencia del Principado y luego la de la gestora y leemos en la prensa nacional, en las tertulias radiofónicas y televisivas de índole conservador, todo tipo de parabienes sobre la figura de Javier Fernández, sin referencia alguna a los escándalos que han marcado la política asturiana, como es el caso de los sobrecostes del Musel, El caso Marea, el caso Villa, etc. Todos ellos constante mandato en la Federación Socialista por parte de Javier Fernández. «En política nada es por casualidad». Estas cosas referidas me hacen sospechar, por rocambolesco que les parezca, que el nombramiento de Javier Fernández para presidir la gestora del PSOE se ha hecho con el plácet explícito del Partido Popular. Que no les parezca tan descabellada tal posibilidad, porque nada explica los constantes halagos que de su figura se están haciendo desde los sectores más conservadores, llegando a citarlo como referente del PSOE histórico, cuando se da la circunstancia de que este señor se afilia al PSOE en el año 1987, cuando más en alza se hallaba Felipe González, no siendo un joven estudiante, sino un adulto de más de 40 años de edad; y por cierto, de la mano del Sindicalista Villa. Lo dicho: «en política nada es por casualidad».