Ha llegado Brian

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CON LETRA DEL NUEVE

OPINIÓN

28 oct 2016 . Actualizado a las 10:09 h.

En España, que es un país pendular y autodestructivo, necesitamos que cada ocho o catorce años (como mucho) baje de los cielos el salvador y pulse el botón de reset. Ya sucedió con Suárez, González, Aznar, Zapatero e incluso con Rajoy, que nos ha salido un mesías parsimonioso pero muy resistente, aunque aquí los redentores son más bien fungibles y biodegradables.

Lo malo de aguardar por el advenimiento del elegido es que a veces sucede como en La vida de Brian y la gente confunde al primer Brian que entra por la puerta con el mesías. Pero lo que ni siquiera soñaron los Monty Python en esa peli que constituye el mayor tratado de politología de nuestra era, es que un día llegaría un Brian que se tomase en serio a sí mismo.

Si el Aznar absolutista del 2000 rumia ahora su rencor en el rincón de pensar de la Faes, e incluso aquel Mourinho que argumentaba metiendo el dedo en el ojo a sus adversarios ha ido amansando su prepotencia con las malleiras, los años y los finiquitos, nada parece apaciguar el descomunal ego de Pablo Iglesias.

A Iglesias, por lo visto ayer, le sobra un Congreso plagado de «delincuentes potenciales», le sobran los demás partidos -corruptos o traidores-, e incluso le sobra el suyo, que para ser perfecto debería ser unipersonal.

Hemos tenido que esperar cuarenta años, pero ha merecido la pena. El nuevo Brian al que llaman Brian se presentó en la tribuna del Congreso invocando los espejos cóncavos del callejón del Gato para proclamar que va a acabar en 48 horas con el Imperio romano. El Imperio romano lo mismo puede ser la conjura empresarial y mediática que ha empujado al PSOE a la abstención, la «Triple Alianza», el Ibex 35 o el «régimen del 78», que no es la dieta que hacían nuestros padres en los platos de Arcopal, cuando en las casas había muchos hijos y pocas pesetas, sino la conspiración de las oligarquías que pactaron la transición.

«Por desgracia no tenemos a Valle-Inclán», añoró Iglesias. Por desgracia, tanta conspiranoia no es digna de Valle, sino de Dan Brown.

Pero qué importa la realidad si vives en un universo paralelo donde Brian se cree que es Brian.