El mundo que viene

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

09 ene 2017 . Actualizado a las 08:31 h.

«No debemos infravalorar lo que ocurre con Internet. Hoy, las páginas falsas, los bots o los trolls pueden falsear la opinión pública. Si queremos llegar a las personas, tenemos que afrontar ese fenómeno y, si es necesario, regularlo», advirtió hace poco la canciller Angela Merkel. Y respaldó los intentos de su Gobierno de luchar contra los mensajes de odio que circulan en redes sociales como Facebook. «Un cuarto de siglo después de la caída del muro de Berlín, vemos que lo que antes dábamos por hecho ya no es evidente», añadió. No se trata de desinventar Internet, porque esto ya no es posible ni deseable, pero es preciso ponerle puertas al espacio cibernético y someterlo a la ley.

Está claro que Angela Merkel percibe cambios en el mundo que la obligan a ejercer un liderazgo más destacado y por ello ha apostado por involucrarse de un modo más determinante en la escena internacional. En este sentido, puede decirse que vuelve Alemania y que, muy probablemente, esto será bueno para Europa y para el mundo. Porque, a pesar de todos los problemas, Merkel asegura que «a los alemanes les va ahora mejor que nunca», aunque todavía haya ciudadanos «que tienen necesidades».

Hablar de Alemania es también hablar de una Unión Europea, que, en términos políticos, no atraviesa su mejor momento. Merkel es consciente del debilitamiento del proyecto común, pero asimismo lo es de que la actual opción solidaria no tiene ninguna alternativa que la mejore. Esto la lleva a pensar que todos tratarán de mantener su encaje dentro del conjunto, porque las ventajas son incuestionables y fuera hace mucho frío.

La llegada de Trump a la presidencia de EE.UU., con la redefinición de las relaciones internacionales que esto puede suponer, hace pensar que una Europa cada vez más unida será una Europa cada vez más relevante en el mundo. No es posible -ni deseable- desinventar Internet, pero tampoco es posible -ni deseable- desinventar la Unión Europea. Entre otras cosas porque vivimos en una etapa que demanda inventos e inventores. Una formidable etapa adicta a la competencia, a las novedades y a los descubrimientos. En este territorio se librarán los grandes desafíos del futuro. Y Angela Merkel lo sabe.