El exorcismo

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

27 mar 2017 . Actualizado a las 08:50 h.

A Pedro Sánchez hay que reconocerle al menos un mérito, ha hecho que el PSOE de siempre se una en torno a Susana Díaz para frenarlo. Le temen más que a un nublado. Ese objetivo común ha hecho que viejos enemigos irreconciliables, susanistas de siempre y reconvertidos a la luz del sol que más calienta, hagan piña. Los que han sido y los que son. La nomenklatura en pleno. Lo de ayer parecía una especie de exorcismo colectivo purificador en el que el demonio era Sánchez, que sobrevolaba por Ifema pero al que nadie citó (vade retro), convertido en un cuerpo extraño al PSOE, la personificación de todos los males que aquejan al partido, chivo expiatorio y pararrayos de un declive que no es exclusivo de España, sino paralelo al derrumbe de la socialdemocracia europea. Una vuelta al Edén de un PSOE ganador, el de Felipe González y Zapatero, a unos tiempos pasados gloriosos. Pero también estaba presente el PSOE perdedor, ya que el hundimiento empezó con Rubalcaba, en las elecciones del 2011, cuando perdió 4,3 millones de votos y 59 escaños, y aún no existía Podemos y Ciudadanos era residual. Pagó en las urnas los recortes que hizo Zapatero en mayo del 2010 por imposición de Bruselas. Con Sánchez se profundizó la caída, ya con los partidos emergentes en liza. Vistos los apoyos que exhibió Díaz, se diría que las primarias serán un paseo militar. Cuenta, además, con una gestora a su servicio y la maquinaria de los principales aparatos funcionando a tope para recabarle votos. Comanda un poderoso ejército frente a un Sánchez que libra una guerra de guerrillas. Tanques contra piedras. Pero nadie se atreve a dar por hecha su victoria. Lo más probable es que gane las primarias, pero luego llegaría lo más difícil, recuperar el electorado perdido. Y se ha puesto el listón muy alto, ganar las elecciones.