Solidarios con Cataluña, sí; tontos, no

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

30 mar 2017 . Actualizado a las 11:43 h.

Es posible que usted no lo sepa. Pero, en los últimos cinco años, usted le ha prestado de su propio bolsillo 1.372 euros a la Generalitat de Cataluña. Y la misma cantidad que usted le han prestado a la Generalitat de Cataluña cada uno de los 46 millones y medio de españoles, hayan nacido en Ribadeo, en Teruel, en Dos Hermanas o en La Almunia de Doña Godina. Esos 1.372 euros son la parte alícuota que le corresponde a cada español de los 63.773 millones de euros que el Estado español le ha prestado desde el 2012 a Cataluña a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que se nutre con dinero de todos los ciudadanos al margen de su lugar de nacimiento o residencia.

Gracias a ese dinero, prestado a un interés ridículo que ahora es del 0,8 % y que ni siquiera tendrá que devolver, porque el Estado se dispone a condonarlo, el Gobierno catalán ha podido pagar, por ejemplo, la disparatada emisión de sus bonos patrióticos, que ofrecían a quien invirtiera en ellos hasta un temerario 7,75 % de interés anual. Y solo gracias a que todos los españoles le hemos financiado a la Administración catalana la pésima gestión de su propia deuda, a la Generalitat le han sobrado fondos para pagar, entre otros, los gastos del referendo independentista del 9 de noviembre del 2014 o los que ya tiene presupuestados para una consulta similar en septiembre de este año. Sin ese dinero casi regalado por el resto de españoles a través de un fondo al que Galicia, por ejemplo, no ha pedido un solo euro, Cataluña estaría ahora mismo quebrada, porque la desastrosa gestión económica de la Generalitat ha hecho que nadie en el mercado le preste dinero, ya que cualquier emisión de deuda de Cataluña que no esté avalada por el Estado español es considerada por las agencias -literalmente- como basura.

Aunque ciertamente es un exceso que Cataluña se haya llevado ella sola más del 30 % de todos los fondos del FLA en esos cinco años, el Estado -es decir, los 46 millones y medio de españoles-, ha hecho bien en prestarle ese dinero, porque en eso precisamente consiste la solidaridad interterritorial en un Estado autonómico como el español, que es de facto un Estado federal. Y también hará bien el Estado, por el mismo motivo, en invertir en esta legislatura 4.200 millones de euros en mejorar las infraestructuras de Cataluña, porque la prosperidad de Cataluña redundará en beneficio de todos los españoles. Lo que ya se entiende algo peor es por qué si Cataluña cuenta con un AVE pagado con dinero de todos los españoles, incluidos los gallegos, la Generalitat exige que el Estado español no financie el AVE a Galicia y lo considere un despilfarro. Y tampoco es fácil digerir que mientras la Generalitat le pide este año al FLA -es decir, a todos los españoles- 7.345 millones de euros a un interés cero, despilfarre dinero en abrir en el 2017 diez nuevas embajadas en el extranjero dedicadas a difundir el independentismo e insultar a España. En esas condiciones, los españoles corren el riesgo de que, más que solidarios con Cataluña, se les considere directamente tontos.