El colectivo Compromiso XXI lanza un proyecto entre sus socios, repartidos por 57 países, para buscar medidas pioneras que frenen la sangría demográfica antes de 15 años
27 dic 2016 . Actualizado a las 22:04 h.Qué Asturias queremos en 2030 es el nombre del proyecto que pondrá en marcha en breve Compromiso Asturias XXI y que tiene por objetivo evitar que dentro de 14 años la situación demográfica del Principado sea tan negra como diversos factores vaticinan. La pérdida de población y el enjevecimiento son dos de las preocupaciones de la región y para los miembros de esta asociación, fundada hace ocho años, la solución estaría más allá de nuestras fronteras. Sus integrantes quieren conocer qué se hizo en otras regiones o países que pasaron por la misma situación y si las recetas que allí se dieron pueden aplicarse a Asturias. Aún es pronto para saber por dónde pasarían esas soluciones, porque el proyecto está apenas arrancando, según explicó el presidente de la entidad, Carlos García Mauriño. Insiste en que la fórmula para saber qué hacer para frenar la sangría demográfica pasa por aquello que se ha convertido en el modo de proceder de Compromiso Asturias XXI: aprovechar el talento de asturianos que hay fuera del país.
García indicó que algunas de esas soluciones podrían pasar por formar en el emprendimiento, publicitar y poner en valor los puntos fuertes del Principado y poner en marcha buenas prácticas, aunque están por definirlas. Todo ello con el objeto de evitar que quienes viven aquí se vayan y poder captar el interés de otros de fuera que quisieran asentarse en Asturias. La idea de Compromiso Asturias XXI es tener listo el proyecto con propuestas a lo largo de 2017 ó 2018. Para ello se aprovecharían de los asturianos que están fuera y han visto de cerca otros procesos similares y actuarían a modo de informadores o asesores. La preocupación por la situación demográfica de la región es uno de los pilares sobre los que trabaja esta asociación, que también busca favorecer la internacionalización de las marcas asturianas, traer profesionales de fuera para que compartan sus experiencias y una fase de «mentoring» para jóvenes que buscan trabajo. En esta última trabajan con una treintena de jóvenes al año, de los que 27 consiguen trabajo tras el asesoramiento, según ha explicado García.
«Hay un big data humano que tienen los que están fuera y tratamos de trasladar aquí con sus ideas», indicó el presidente de Compromiso Asturias XXI, que este martes ha celebrado en Avilés su asamblea anual, en la que han dado cuenta de algunos de los trabajos que tienen entre manos en la actualidad y también de otros que tienen pensado poner en marcha en el futuro, como es el caso de Qué Asturias queremos en 2030. Actualmente cuentan con un millar de socios repartidos por 57 países, de los que el Principado puede aprovechar experiencias e iniciativas. En este sentido, apuntó que el área metropolitana del centro de Asturias que ha echado a andar «ya se ha hecho en otros sitios y estamos viendo cómo podría funcionar aquí».
«El objetivo es ayudar a Asturias y ver qué se ve desde fuera», indicó el presidente de la entidad. Aunque García Mauriño insistió en la idea del «retorno del talento», aseguró que no es un retorno es el sentido físico; no buscan que profesionales asturianos que se fueron a vivir a otros países regresen a casa para trabajar aquí. Lo que quieren es que aprovechen sus conocimientos y vivencias para enriquecer su lugar de origen «Hay gente que está fuera y puede colaborar», explicó el presidente, que recordó que el ideólogo, Diego Canga, tuvo la idea de crear esta asociación porque, «cuando viajaba por el mundo, veía que había muchos asturianos y que querían ayudar a la región».
El hotel social del padre Ángel
Uno de esos asturianos que viaja por el mundo es Ángel García Rodríguez, conocido como el padre Ángel. Él fue distinguido como socio de honor de Compromiso Asturias XXI. «Es un claro componente de la diáspora asturiana y es un modelo para nosotros y para muchos jóvenes», dijo de él García Mauriño. Para el padre Ángel esta distinción es «un privilegio» y la recibió, según explicó, tras concretar las que serán las primeras «vacaciones sociales» que promueve. Un hotel de Lugones se ha comprometido a participar en esta iniciativa, por la que personas sin recursos podrán disfrutar de unos días de vacaciones sin ningún coste. Se trata de un establecimiento que cuenta con 150 plazas hoteleras y que podría empezar a prestar las «vacaciones sociales» en febrero. «No es lo mismo beber agua en un vaso de plástico que en un vaso de cristal, ni es lo mismo dormir en una tienda de campaña que en un hotel», aseguró el padre Ángel.