La falta de diálogo deja en el aire 40 millones en inversiones casi acabadas en Avilés

Noelía Rodríguez AVILÉS

AVILÉS

Autovia AI-81. Acceso al Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA)
Autovia AI-81. Acceso al Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA)

El colector industrial está listo a la espera de unos arreglos y la cesión y los accesos al PEPA esperan un pinchazo

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En tiempos de crisis es habitual que haya problemas para poder iniciar un proyecto, pero más curioso resulta que cuando sí hay ese dinero, incluso se han iniciado las obras, se paren por falta de comunicación entre administraciones. Es algo raro pero que en Avilés empieza a ser bastante habitual. No se trata sólo de la falta de comunicación entre gobiernos que son de distinto signo, algo que siempre parece que dificulta la fluidez entre los interlocutores. En la ciudad se da el caso de que hay infraestructuras acabadas o en un estado muy avanzado y que no acaban de ponerse en marcha porque hay dos organismos implicados y no hablan entre sí. Lo de que en un proyecto haya más de una administración implicada es también habitual, más cuando se trata de iniciativas de elevado coste, cuyas competencias se reparten entre diversos departamentos o la obra en sí entra en espacio donde hay titularidades de varios. Es lo que ocurre actualmente con el conector industrial de la ría o con los accesos al Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA), que suman 40 millones de inversión.

Las obras del colector industrial llevan cinco años acabadas, pero no acaba de entrar en funcionamiento por unas cuestiones técnicas que, de no subsanarse, podrían ocasionar vertidos a la ría de Avilés. El Principado debe asumir su gestión pero se niega a hacerlo hasta que la Confederación Hidrográfica del Norte -dependiente del Ministerio de Medio Ambiente- solvente esos problemas porque si no los soluciona y se produce una pérdida dicho organismo le sancionará. El colector costó 16 millones de euros y es el paso último al proyecto de saneamiento integral que se ha llevado a cabo en Avilés en los últimos 20 años. De hecho teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado es muy probable que para cuando quiera iniciarse su actividad haya que hacer alguna que otra labor de mantenimiento.

Precisamente eso fue lo que ocurrió hasta hace unos meses con el aparcamiento subterráneo del Centro Niemeyer. Se construyó al mismo tiempo que el complejo cultural, que se inauguró en 2012, pero el estacionamiento no abría porque era titularidad de Sepides -entidad dependiente del Gobierno central- y tardó varios años en cedérsela a la Fundación Centro Niemeyer para que ésta pudiera poner a disposición del público las cerca de 300 plazas que tiene y evitar de ese modo que los vehículos aparcasen en parcelas anexas o en los bordes de la carretera.

Las obras que dependen de varias administraciones y que se proyectan en Avilés presentan a veces alguna que otra particularidad. Hace unos días así lo comentaba en el pleno la concejal de Ciudadanos Carmen Pérez Soberón: «parece que estamos gafados. Cada vez que nos financian una obra nos sale mal o tarde, nos cuesta mucho sacarlas adelante». Gafados o el chocar con pocas ganas de llevarse bien por parte de los implicados es lo que ha hecho que en las reuniones municipales se haya instado en más de una, de dos y de tres ocasiones a otras administraciones a retomar el diálogo para dar salida a asuntos pendientes de la ciudad que, por lo general, tienen cierta envergadura. El último ha sido la construcción de los accesos al PEPA.  El proyecto se remonta a hace más de 10 años y ha sufrido varios parones por cuestiones técnicas, con un presupuesto de más de 30 millones de euros. El último debido a que se necesita una autorización del Ministerio de Fomento para realizar un pinchazo que permita conectar el parque empresarial con la Autopista Y. Lo más simple parece ser una cesión del tramo a favor del departamento autonómico, pero éste exige que primero se solucione el problema de ruidos de la autopista.

Bloqueo de un año en Madrid

A la escasa, o improductiva, comunicación entre administraciones se une el hecho de que la inestabilidad del gobierno nacional, que durante un año estuvo en funciones, dificultaba encontrar un interlocutor en Madrid. «El diálogo ha existido desde hace tres años, pero hubo un año de bloqueo», aseguraba Luis Ramón Fernández Huerga, portavoz del PSOE, al hablar de la nueva parálisis en la construcción de los accesos al PEPA. Hace unos días la consejera de Infraestructuras, Belén Fernández escribía al ministro de Fomento una carta ofreciéndose a asumir un tramo de la AI-81 y recordándole «la necesidad de desbloquear la situación debe prevalecer por encima de las diferencias de criterio expresadas por las dos administraciones». Ahora queda esperar que en Madrid no hagan oídos sordos.