La historia industrial, en vías de extinción

Noelia Rodríguez AVILÉS

AVILÉS

La marquesina de Santa Apolonia, aún en pie
La marquesina de Santa Apolonia, aún en pie

Avilés clama contra la desaparición de la marquesina de estilo moderno y urge preservar elementos del patio escolar ante la construcción de un aparcamiento

05 oct 2017 . Actualizado a las 18:55 h.

El patrimonio industrial de Avilés se encuentra prácticamente en vías de extinción. Los elementos que se conservan de mediados del siglo pasado vinculados a la actividad de Ensidesa son cada vez menos y en algunos casos tienen un riesgo serio de desaparecer. Ocurrió hace unos años con el edificio de Telefónica, que a pesar de estar en buenas condiciones, se planteó su derribo. Entonces la movilización de vecinos y partidos políticos municipales evitó que Sepides cumpliera con su intención, pero parece que la marquesina de Santa Apolonia no va a correr la misma suerte. La reforma de la avenida, iniciada días atrás, incluye la eliminación de la infraestructura que cobija a los usuarios del autobús en la parada. No es el único elemento propio del pasado industrial de la ciudad que corre peligro. La creación de un nuevo aparcamiento en el entorno de La Toba podría hacer desaparecer el diseño del patio de la antigua escuela de Los Tubos.

Vecinos y entidades de patrimonio industrial, incluso a nivel nacional. iniciaron una campaña para reclamar la preservación de la actual marquesina de Santa Apolonia. La recogida de firmas iniciada en una plataforma de internet alcanzó las mil firmas en apenas 24 horas, una cifra muy superior a la de personas que eligió el proyecto que incluía eliminar la marquesina. La decisión se tomó en un proceso de participación ciudadana, el primero que puso en marcha el Ayuntamiento de Avilés. El consistorio permitió a los vecinos de la zona elegir cómo querían regular el tráfico: con un cruce como el que ya existía, pero renovando el firme y que permitía conservar la marquesina o una glorieta que suponía su eliminación. En la votación participó el 10% de la población y la rotonda ganó por 82 votos. El consistorio apela a la democracia para no cambiar lo votado.

La marquesina, conocida como visera por su forma redondeada en la parte superior, construida en hormigón y renovada hace unos años por el Ayuntamiento es un ejemplo del movimiento moderno en arquitectura y es única en la ciudad. Es la única que queda de las que existieron décadas atrás, ya que el resto se han ido renovando poco a poco. Su valor histórico es innegable para quienes defienden que se preserve. «Ha sido testigo de los viajes de miles de personas desde el Tranvía Eléctrico de Avilés y se ha convertido en un elemento de gran valor sentimental», indican en el escrito que se enviará al Ayuntamiento acompañando a las firmas que piden su conservación. Rubén Domínguez, director del Club Popular y del Centro de Interpretación de Llaranes, apunta que mantenerla «no es incompatible con el arreglo de la calle, creemos se pueden hacer las dos cosas». Una de sus sugerencias es mantener la marquesina y trasladarla al centro de la futura glorieta, algo que desde el Ayuntamiento han descartado por lo costoso que sería moverla. En su defecto, lo que se hará, es crear una réplica de la actual visera y ubicarla en la calle río Cares.

Falta de un técnico de patrimonio municipal

Domínguez critica la escasa sensibilidad que se tiene con este tipo de infraestructuras históricas. «Nadie se plantearía tirar una capilla, porque es patrimonio, nadie le preguntaría a los vecinos si quieren tirarla», apunta y asegura que «el Ayuntamiento tiene la obligación moral de guardarlo, es algo único, que no hay otra igual». De hecho la otra de este estilo es la de la parada del tren, que tiene un diseño diferente, pero pertenece al mismo movimiento moderno y se conserva en buenas condiciones. Reclama que el consistorio cuente con un técnico de patrimonio que aporte su opinión profesional en casos como el de la marquesina de Santa Apolonia. Al no haberlo, en ocasiones, son los propios vecinos los que han de cuidar lo que queda. Es lo que ha ocurrido con el patio de la antigua escuela de Los Tubos, construida a mediados del siglo pasado ante el espectacular crecimiento demográfico del barrio. Lo único que se conserva es el patio, pero los vecinos temen pueda correr peligro por la construcción próxima de un aparcamiento que dé servicio a las instalaciones deportivas de La Toba.

Para evitarlo el Centro de Documentación ha presentado un informe en el Ayuntamiento en que pide que, si la nueva construcción altera el diseño del patio, se salvaguarde un mapa de España que hay en el suelo, similar a los que se colocaban de modo decorativo en otras muchas localidades del país. Su idea es que se traslade a un sitio donde pueda conservarse y mostrarse, como podría ser el futuro centro de interpretación del barrio.

Además de la marquesina y el patio de Los Tubos hay otros espacios emblemáticos de Llaranes que podrían sufrir cambios. Es el caso del entorno del Hospitalillo de Ensidesa, que sigue en funcionamiento y ahora pertenece a ArcelorMittal. El Ayuntamiento aprobó hace dos años un plan que incluía la creación de un área comercial y nuevas oficinas en la parcela, aunque aún no se ha puesto en marcha. Domínguez advierte sobre el estado de conservación de la nave de laminación, que se convirtió en almacén una vez dejó de producir.