El extremo toledano sigue con problemas musculares y todavía no ha debutado con el Real Oviedo
29 sep 2016 . Actualizado a las 17:10 h.El 11 de julio, el mismo día que el Oviedo empezaba la pretemporada, el club carbayón anunciaba el fichaje de Jorge Ortiz, jugador de banda procedente del Fuenlabrada.
Desde la primera semana de entrenamientos se supo que Ortiz seguiría un plan específico para ponerse a punto, debido a que arrastraba problemas musculares.
Cuando parecía que estaba preparado para entrenarse al ritmo del grupo, una nueva rotura fibrilar lastró al extremo y le impidió estar a las órdenes de Fernando Hierro.
Nada más se supo del ex del Fuenlabrada. El club no anunció de manera oficial qué plazo de recuperación estableció el cuerpo médico y el jugador alterna días en el gimnasio con sesiones de carrera continua en solitario o a medio gas con el grupo.
Van siete jornadas de liga y, hasta el momento, de los jugadores exteriores, solo Nando está dando un buen nivel.
Néstor Susaeta todavía no ha cogido la forma y le está costando seguir el ritmo de los partidos, mientras que Alaniz alterna actuaciones positivas con otras que pasan desapercibidas.
En el 4-1-4-1 (o 4-3-3 en algunos tramos) que Hierro utilizó en el Carranza fue un delantero centro, Miguel Linares, el que ocupó el flanco derecho, algo significativo y que permite ver la necesidad que el equipo tiene en esa posición. Esa necesidad la debería cubrir Jorge Ortiz.
El toledano cuajó una gran actuación la temporada pasada en el Fuenlabrada partiendo desde banda derecha, dando asistencias y consiguiendo la nada desdeñable cifra de 7 goles.
Además, en el nuevo dibujo del entrenador malagueño (veremos si lo mantiene ante el Numancia), el puesto de extremo derecho podría estar hecho a la medida de Ortiz, ya que le liberaría en labores defensivas (ya se vio con Nando en Carranza) y sus diagonales favorecerían las subidas de Fernández.