Asturias, paraíso del arándano

Elena G. Bandera
E. G. Bandera COMARCAS

COMARCAS

Arándanos en una de las plantaciones
Arándanos en una de las plantaciones

Hace año y medio 17 productores de frutos silvestres, mayoritariamente del oriente, crearon la segunda cooperativa del sector. En tres o cuatro años, calculan una producción de 300 toneladas

08 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La producción de arándanos en Asturias ocupa alrededor de 200 hectáreas de plantaciones. Las primeras fincas, localizadas en Tineo, tienen al menos 30 años y, la mayoría, suelen ser pequeñas plantaciones de entre una y dos hectáreas. Existen dos cooperativas asturianas de productores de arándanos. La más reciente se creaba en junio de 2015 y, bajo la denominación Picos de Asturias Berries, aglutina a 17 productores de arándanos y frutos rojos, buena parte del oriente de Asturias. «En España no había tradición de comer arándanos como en el norte de Europa y en Inglaterra. Empezó a ser conocido hace tres o cuatro años y ahora es un producto en auge porque es un alimento muy rico en antioxidantes y cada vez llega a más población pese a que antes las opciones de comer arándano fresco no existían prácticamente en las grandes superficies», explica el presidente de la cooperativa Picos de Europa, Jesús Atienza, que este año puso en el mercado unos 30.000 kilogramos de arándanos. 

«La calidad del arándano asturiano», añade, «es bastante mejor que la del de Huelva por la climatología. Los terrenos que tenemos aquí son mejores y, pese a que el arándano se planta hasta en arena, en Asturias la tierra es de lo mejor, plantas cualquier cosa y sale. Es una tierra productiva, que necesita de menos abonos y fertilizantes que en otras partes de España. Tenemos la tierra y el clima perfectos». Y eso se nota en el sabor. Además, la época de recogida y producción del arándano asturiano, como el de todo el norte de España, va desde mediados de junio a finales de octubre. 

Plantaciones jóvenes que ocupan 25 hectáreas

«Cuando acabamos la producción en octubre, entra en el mercado el arándano de América del Sur, de países como Argentina, Chile o Perú, pero no nos afecta porque es una época diferente. Y lo mismo con los de Huelva o Marruecos, que llegan en la primavera. Luego empezamos nosotros y, por el clima asturiano, tenemos la época perfecta porque no hay casi competencia», explica Atienza, que indica que la mayor parte de la producción de la cooperativa se va al mercado nacional, otra parte menor al extranjero y siempre se queda algo en Asturias.

Para la próxima temporada, pretenden conseguir la certificación de buen producto y buenas prácticas que concede la Unión Europea. Las plantaciones de esta cooperativa suman unas 25 hectáreas, con producciones ecológicas y convencionales, y son bastante jóvenes. En la producción del arándano, los dos primeros años se retiran las flores para que la planta evolucione. «Las plantaciones están a plena producción a partir del sexto año. Tenemos socios con plantaciones que este verano pasado aún no entraron en producción. Como cooperativa no hemos entrado con un pleno de producción pero vamos poco a poco, eso te da flexibilidad a la hora de entrar en el mercado», indica Atienza.

«En solitario no tienes volumen para salir al mercado y había que unirse»

De cada hectárea de terreno suelen salir un media de 12 toneladas de frutos. «En cuatro o cinco años podremos estar en unas 300 toneladas puesto que tenemos todo tipo de plantaciones: de cuatro o cinco años, de tres años y otras que empezarán a producir el próximo año», explica, indicando que aunque la mayor parte de los cooperativistas son del oriente, de concejos como Cangas de Onís, Onís, Cabrales, Peñamellera Baja, Panes, Llanes, Piloña o Nava, también ha socios con plantaciones en Quirós, Morcín y Llanera

Las conversaciones para crear la cooperativa Picos de Europa Berries se remontan a 2014, cuando se iniciaron los contactos entre los productores. «Las plantaciones en Asturias son pequeñas de media y en solitario no tienes volumen para salir al mercado y tener presencia en ferias», explica Atienza. «Para abaratar costes y tener una mejor comercialización había que unirse. De uno en uno no podemos salir al mundo y además consideramos conveniente que el beneficio de esas ventas fuera para nosotros», indica, en lugar de vender a empresas que se dedican a la comercialización de arándanos.

Cada socio aporta una parte de su producción, aunque también vende en el mercado local

La norma principal de Picos de Europa Berries es que cada socio realice una aportación de su producción a la cooperativa, «pero tampoco desestimamos que se hagan pequeñas ventas en su concejo, a comercios locales y yendo a ferias o mercados, sin que haya competencias». En la temporada de este año, la cooperativa contrató a un trabajador para que recogiera el producto de todas las fincas, ya envasado y etiquetado, para llevarlo al centro logístico de Silvota, desde donde se enviaba a los puntos de comercialización.

«La primera experiencia fue la campaña de 2015 y este año hemos ido mejorando. Las compras de los embalajes y las cajas de cartón las realizamos de manera conjunta y eso abarata costes», valora. La cooperativa, abierta a nuevos socios, pone como requisitos para ser socio que se cumplan «todas las legalidades» y que se disponga de un mínimo de 1.500 plantas de frutos rojos, aportando la cantidad acordada en los estatutos para la comercialización en común.  

«Vamos a necesitar personal para las recogidas de la próxima temporada»

Atienza reconoce que el arándano, que se vende en tarrinas de 125 gramos, no es un producto precisamente económico. «No es barato porque la recogida es manual y se hace de uno en uno. En una jornada una persona no recoge más de 25 o 30 kilogramos», explica, adelantando que precisamente para la próxima temporada, como aumentará la producción en las fincas de la cooperativa, «vamos a necesitar mucha gente para las recogidas». 

De hecho, la idea que tienen los socios es imitar el modelo de los jornaleros que recogen fresas uvas u otras frutas en temporada. «Como se hace en Huelva, aunque allí las plantaciones son más grandes que las 17 nuestras juntas», dice Atienza, que explica que la cooperativa, en colaboración con los servicios sociales de los Ayuntamientos de Cabranes y Llanes, impartió cursos de poda y recogida de arándanos. «En algún caso, hemos llamado a la gente que asistió pero no están dispuestos por miedo a perder el salario social, aunque no sea así… Y a nivel particular, nos resulta imposible encontrar a gente», explica Atienza, que calculan que necesitarán entre una veintena y una treintena de jornaleros. 

El trabajo sería flexible: una semana, 15 días, un mes o dos meses. «El problema es que en verano es cuando la hostelería está a su máximo nivel y tampoco podemos pagar más que el salario mínimo profesional. Estamos viendo que es prácticamente imposible encontrar a gente en Asturias», insiste, preocupado. Posiblemente se recurra a los servicios de empleo para encontrar trabajadores y, de no ser así, se plantearía la posibilidad de tratar de encontrarlos en Huelva.