La población de Mieres retrocede un siglo

Carmen Liedo MIERES

CUENCAS

Una calle de Mieres
Una calle de Mieres

El envejecimiento de sus habitantes y las crisis económica y minera dejan al concejo por debajo de los 40.000 habitantes

22 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mieres ha retrocedido un siglo en lo que a cifras de población se refiere. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que el concejo cabecera de la comarca del Caudal ha perdido 833 habitantes en los últimos meses y que su población actual es de 39.505 personas, traspasando a la baja esa barrera de los 40.000 habitantes que según diversas fuentes consultadas se traspasó al alza entre 1910 y 1920. La diferencia con aquellos comienzos de siglo es la postura de la pirámide poblacional, y es que si bien entonces tenía una buena base de gente joven, la que nos encontramos ahora, cien años después, es una pirámide invertida por el envejecimiento de esa población y por la falta de regeneración del tejido demográfico. Así, un reto que se plantea a todos los niveles es tratar de invertir esa tendencia de despoblación, aunque desde un punto de vista experto ese será un proceso lento en tanto que Mieres, junto con Aller y Lena, tiene que crear un modelo urbanístico propio y particular para ser una zona atractiva para vivir.

El municipio mierense iniciaba una tónica ascendente en la evolución de la población a principios del siglo XX y ya en 1920 había superado la barrera de los 40.000 habitantes, teniendo su techo a principios de la década de los sesenta cuando superó los 70.000 vecinos. Sin embargo, desde 1970 se percibe un descenso de habitantes que se ha vuelto vertiginoso desde el año 2000, año en el que el concejo se quedaba por debajo de los 50.000 habitantes. Pero la sangría demográfica no se ha quedado ahí y el 2016 será recordado por haber traspasado a la baja los 40.000 habitantes.

Sin embargo, este descenso no es algo «casual» para el equipo de gobierno mierense, desde donde se tiene en cuenta el que cada vez haya menos nacimientos, el envejecimiento de la población y la fallida reconversión minera. Y le toca al equipo de gobierno de IU tratar de buscar las soluciones para invertir esa tendencia, aunque el vicealcalde de Mieres, Manuel Ángel Álvarez, señala que «no es algo que tenga que hacer sola la administración local». Por lo pronto, Mieres cuenta con más de cinco millones de euros para poner en marcha una Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI) hasta el año 2022 gracias a un acuerdo de colaboración entre el Ayuntamiento y el CeCodet de la Universidad de Oviedo, un proyecto dirigida a mantener la población haciendo que Mieres sea un municipio más agradable para vivir. Por supuesto, también se consideran necesarias políticas de empleo y el equipo de gobierno espera que los futuros fondos mineros que puedan llegar «acierten» en la reactivación económica del concejo.

Las reacciones de los grupos de la oposición a este descenso de población van en diferentes líneas. La portavoz municipal del PSOE, Gloria Muñoz, ha achacado la pérdida de vecinos a las «duras crisis» que han afectado a las comarcas mineras, ya que entiende que a la crisis general que ha afectado a toda España se ha sumado la crisis minera con el cierre de explotaciones y «Mieres ha estado en medio de esas dos realidades económicas». Por tanto, entiende que los esfuerzos hay que dirigirlos «a atraer todo el empleo posible» salvaguardando las características sociales y medioambientales. Pero, además de las crisis, responsabiliza en cierto modo al equipo de gobierno de IU, con mayoría absoluta, en el sentido de no saber aprovechar «pequeños gestos» que podrían contribuir a mantener población, como pueden ser los planes de empleo locales, a los que ha renunciado la administración local. Además, Gloria Muñoz considera que el concejo mierense tiene que volverse atractivo para asentar pequeñas y mediadas empresas que puedan generar puestos de trabajo porque, según sus palabras, «es preocupante que la gente joven no encuentre cómo construir aquí su vida».

El punto de vista del portavoz del PP, José María Rodríguez Lito, es que «las políticas de la izquierda no están sabiendo entender» la pérdida de población y la achaca en cierto modo a la tardanza en el desarrollo de la Mayacina o a otras malas decisiones como la mala ubicación del recinto ferial o del centro comercial, a que no se supieran utilizar los fondos mineros o que Mieres tenga algunas tasas en los primeros puestos de entre los más caros de Asturias. Por tanto, entiende que aún no se ha tocado fondo en cuanto a la pérdida de población y su preocupación es que se baje de los 35.000 vecinos, con lo que el Ayuntamiento de Mieres perdería competencias administrativas. Lito indica que es un descenso «que hay que tratar de evitar» y plantea una coordinación entre políticas de empleo y la creación de un modelo de ciudad atractivo de forma que se asiente población joven que pueda incrementar el número de nacimientos.

Una valoración «triste y negativa» hace el secretario comarcal de CC OO del Caudal, Emilio Prieto, para quien el declive de la minería es el principal factor de la despoblación del concejo mierense «porque quisieron acortarlo todo muy rápido», a lo que se sumó el que los fondos mineros no dieran de sí todo lo que se esperaba, aunque si dotaron a la comarca «de mejores infraestructuras y comunicaciones». No obstante, dice Prieto que Mieres tiene «apoyo nulo» de otras administraciones, en referencia tanto a la regional como a la central, e insta a que cada una «asuma su culpa».

Un cambio de tendencia lento pero posible

Pero parece ser que la falta de empleos no es el único factor que influye en la despoblación del concejo de Mieres, en particular, y de la comarca del Caudal, en general. El director del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo (CeCodet), Fermín Rodríguez, apunta al envejecimiento de la población y a datos tan significativos como que hay un nacimiento por cada tres fallecimientos. Así, señala que no hay que fijarse sólo en la cantidad de población que tiene un territorio, sino en las razones por las que no se regenera y se degrada. Pero a la pregunta de si es un destino irremediable esa sangría demográfica, el responsable del CeCodet contesta tajantemente que «no», aunque advierte que el cambio de tendencia puede ser «lento» y que lo suyo habría sido «anticipar el movimiento de este gran barco porque ahora le va a costar virar», ha comentado con un símil.

Así, Fermín Rodríguez dice que es necesario que se pongan en marcha diferentes políticas públicas y que un ámbito de actuación muy importante es «el urbanismo» tanto en la línea de que Mieres se integre en el área metropolitana siendo atractivo como en el desarrollo de una ciudad lineal hacia Aller y Lena. Pero, además, considera que es necesario que se tomen decisiones «valientes» y llevar a cabo una reorganización tanto de «las poblaciones de media ladera» como del «fondo de valle» porque añade que «hay que quitar muchas cosas que gravan al paisaje». «Hay que esponjar todo eso y hacer un modelo propio y particular que resulte atractivo», ha manifestado el director del CeCodet, para quien el proyecto EDUSI que tiene aprobado el Ayuntamiento de Mieres es un primer paso para que el concejo pueda «hacerse de interés» en el área metropolitana.

Rodríguez advierte también de la debilidad de la población al invertirse la pirámide respecto a hace un siglo. «Hay que reconvertir eso», señala el director del CeCodet, quien plantea que habría que realojar a la gente mayor que vive en la media ladera y en el fondo de valle en lo que podría ser una especie de ciudad para personas mayores «que daría empleo a los jovenes». Esto serviría, además, para aligerar las medias laderas de casas que «hoy en día ya no son funcionales».

La primera impresión es que toda esa reorganización para hacer de Mieres y de la comarca del Caudal una zona atractiva llevaría mucho tiempo, a lo que Fermín Rodríguez responde que «no hay tiempo que perder, hay que empezar mañana», porque ya se ha perdido tiempo si se tiene en cuenta que el CeCodet ya hablaba de esto hace 20 años.

En definitiva, la visión de este experto en desarrollo territorial es que atraer población no sólo es una cuestión de crear empleo, sino también de calidad de vida, de precios de vivienda acordes, de un urbanismo atractivo, y de crear modelos propios a partir de características singulares como el tener una población envejecida que es difícil atender sólo en residencias, pero para la que se pueden crear nuevos lugares para vivir. Eso sí, insiste en que para crear un territorio así tiene que haber «valentía» por parte de los dirigentes políticos. «No creo que esté todo perdido. Hay que identificar bien el objetivo y, mientras tanto, acondicionar el lugar para que en él se pueda generar empleo», ha concluido.