El elogio de la cotidianidad de Esquirol, Nacional de Ensayo

Carmen Sigüenza MADRID / EFE

CULTURA

Marc Vila | EFE

El filósofo se lleva el premio con «La resistencia íntima», un libro que conecta «con la experiencia de las personas que lo leen»

26 oct 2016 . Actualizado a las 07:55 h.

El filósofo Josep María Esquirol, que ayer obtuvo el Premio Nacional de Ensayo 2015 con La resistencia íntima: ensayo de una filosofía de la proximidad (Editorial Acantilado), cree que el éxito del libro se debe a que conecta «con la experiencia de las personas que lo leen y refleja la condición humana que compartimos». «En el libro no hay nada que la gente no sepa. De alguna manera, todos vivimos en la intemperie y todos necesitamos cuidarnos de una manera u otra: resistir a lo que nos hace mal», subraya este profesor de Filosofía de la Universidad de Barcelona.

Otro de los factores que ha podido contribuir al éxito de este ensayo consiste, según su autor, en que ha evitado el uso de un lenguaje abstracto. «No me interesan las teorías de última hora o espectaculares. Conecto con la experiencia de la vida», añade.

En La resistencia íntima, que ya obtuvo el Ciudad de Barcelona, el autor (Sant Joan de Mediona, Barcelona, 1963) habla de la cotidianeidad del ser humano y de su vulnerabilidad. «Creo que el libro ha llegado en un momento muy oportuno y estoy muy contento, porque tiene una trayectoria larga. Mi vida es la docencia y el estudio, y las cosas que hago tienen una maduración lenta. Vivimos en una situación tan acelerada y donde todo es tan efímero que el hecho de que haya un libro que dure y que los lectores recomienden es su mayor éxito».

Esquirol propone en el libro dos ejes. Primero, realiza una especie de descripción sobre lo que sería la condición humana, una situación que no es solo relativa al momento histórico o a una manera de sociedad, sino a algo que lo interpela y habla de la idea de la intemperie, de la situación humana de descubierto.

Una primera parte donde también habla Esquirol del nihilismo. El otro eje del libro pivota en la idea del amparo como gesto fundamental contra la intemperie. «El gesto de cuidar, de proteger, de cuidar, de buscar espacios de calidez y confianza que permitan ir en contra de esa disgregación o erosión» del ser humano, y para ello el autor desarrolla una filosofía de la proximidad.