El discurso emocionado de John Lewis al recibir el National Book Award

La Voz REDACCIÓN

CULTURA

El político y activista de los derechos civiles no pudo aguantar las lágrimas al recordar cómo en su infancia le negaban el acceso a las bibliotecas por ser «un lugar solo para blancos»

21 nov 2016 . Actualizado a las 07:57 h.

El político y activista de derechos civiles John Lewis conquistó el pasado miércoles el prestigioso galardón literario estadounidense National Book Award gracias a March, un libro de memorias orientado al público juvenil en el que relata entre otras cosas las situaciones de racismo vividas durante su infancia y adolescencia en su Alabama natal. Su logro pasará a la historia al ser la primera vez que una novela gráfica resulta merecedora del premio. Sin embargo, su gran éxito lo vivió al subir al estrado y pronunciar entre lágrimas un emotivo discurso en el que recordaba el odio racial que sufrió siendo un niño que ha dado la vuelta a medio mundo.

«Esto no es real. Es increíble. Recuerdo que en 1956, cuanto tenía 16 años, iba a la biblioteca pública para intentar obtener el carné de lector y cómo los bibliotecarios decían que ese lugar era solo para blancos, no para gente negra. Llegar aquí y recibir este premio...este honor... es demasiado. Gracias», explicó John Lewis.

Y aprovechó el momento para agradecer a un profesor de su escuela que le animase a seguir leyendo. «Me decía: 'Lee, hijo mío, lee'. Y yo intenté leer todo lo que pude. Amo los libros», concluyó emocionado.

Aunque en la actualidad ejerce como congresista por Georgia, John Lewis siempre ha estado vinculado a la lucha por los derechos civiles. En 1963 fue uno de los organizadores de la marcha de Whashington en la que Martin Luther King pronunció el famoso discurso de I have a dream. Y este mismo año formó parte de una sentada delante del Congreso en la que se exigía un mayor control sobre las armas, un gesto que el propio presidente Obama agradeció.

Pero este no fue el único gesto emotivo de John Lewis que recorrió el mundo. En el 2013, el jefe de Policía de Montgomery (Alabama), Kevin Murphy le entregó su placa como gesto de disculpa por los actos cometidos contra él y otros compañeros en la marcha de Selma en 1965.

«Una placa es el símbolo de confianza de un oficial. Me dijo que no creía que era digno de recibirla, pero le expliqué que era la persona más digna del mundo. Que lo que él representa ha conseguido cambiar nuestra ciudad para mejor y por eso estoy en deuda con él. Los ciudadanos de Montgomery están en deuda con él por su valentía y coraje», aseguró el jefe de policía.