Loado sea, señor Scorsese

Miguel Anxo Fernández

CULTURA

Casi 30 años intentando este proyecto responden a un interés personal vinculado a sus convicciones religiosas

15 ene 2017 . Actualizado a las 09:56 h.

Es lo que tiene ser un grande de la creación artística, que puedes hacer cuanto te venga en gana sin pensar en la taquilla y en cuántas toneladas de palomitas y bidones de refrescos se venderán. Sin explosiones, sin máquinas infernales ni empacho de CGI (imágenes generadas por ordenador). Scorsese es clásico vivo, cinéfilo apasionado, erudito incuestionable, un tipo que cuando usa la cámara para contar una historia, sabe dónde, cómo y cuándo ponerla. Todo eso aunque Silencio no sea su obra maestra. Pero sí una gran película (que no grande), porque su producción fue modesta para lo que estila Hollywood (no llegó a 50 millones de euros) en una trama histórica: aquí la peripecia de un jesuita en el Japón del XVII, hostil al cristianismo. Con el añadido de ser intimista y, por momentos, minimalista, tanto en su insistencia en priorizar los diálogos como en la planificación elegida (de haber sido David Lean, habría escogido mayor horizontalidad en los encuadres). Silencio reivindica el cine serio y lo hace en serio.

Casi 30 años intentando este proyecto responden a un interés personal vinculado a sus convicciones religiosas (lo mostró en Roma a una audiencia jesuita) y, de paso, trae a colación el tema de la razón y la fe con sus correspondientes periferias. Los dos sacerdotes portugueses, que arrancan de la novela de Shusaku Endo, parten hacia el país asiático en busca de un colega (Liam Neeson cual coronel Kurtz-Brando en la jungla de Coppola), supuesto apóstata, reconvertido al budismo. Será un viaje arriesgado y peligroso por la cruel represión de las autoridades locales. Finalmente, será uno de ellos, el encarnado por Andrew Garfield -hace unas semanas en Hasta el último hombre-, quien focalizará la trama hasta unos minutos finales quizá en un tono alejado de la media. Siempre nos quedará la duda de si se debe a que el metraje se le disparaba, o bien es un corolario aposta para desconcertar al espectador. Eso más allá del debate de Buda frente a Cristo y viceversa. En todo caso, loado sea don Martin Scorsese, y que los hados lo mantengan lúcido para bien del cine.

«Silence»

EE.UU., Italia, México, Japón. 2016.

Director: Martin Scorsese.

Intérpretes: Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Ciarán Hinds, Issei Ogata, Tadanobu Asano, Shin’ya Tsukamoto, Ryô Kase, Sabu.

Drama. 159 minutos.