La galerista Gema Llamazares se abre a nuevos horizontes

J. C. Gea GIJÓN

CULTURA

Avelino Sala, con una de las piezas de «This Perfect Day». en Gema Llamazares
Avelino Sala, con una de las piezas de «This Perfect Day». en Gema Llamazares

La sala gijonesa inaugura la individual de Avelino Sala, «This Perfect Day». tras una reforma que unifica su espacio y prefigura una nueva política de programación y mayor presencia internacional

20 ene 2017 . Actualizado a las 15:53 h.

Casi doce años después de que emprendiese el intento, siempre aventurado, de hacerse un hueco propio en el complicado panorama de las galerías de arte en Asturias, la galerista Gema Llamazares se ha decidido a consumar y hacer totalmente visible la evolución que desde hace tiempo ha venido fraguándose en la sala gijonesa. Tanto en lo físico como en su filosofía de trabajo y en alcance geográfico, galería de la calle Instituto amplia horizontes al tiempo que se reafirma en su suelo. La inauguración de la monográfica del gijonés afincado en Barcelona Avelino Sala This perfect day marca un punto de inflexión en la historia de la galería, que ayer estrenó sus reformadas instalaciones, iniciando a la vez una etapa en la que reducirá y refinará el número de exposiciones en su sede y potenciará su presencia en ferias nacionales e internacionales.

La galerista, en tándem con su hija Diana González Llamazares, fue ayer arropada en su reforzada andadura empresarial y artística por un nutrido grupo de representantes del mundo de la cultura y el arte: artistas, gestores, críticos, coleccionistas y amigos, que dieron el visto bueno a una concienzuda reforma del local, que pasa a tener un solo espacio unificado frente a los dos anteriores, gana en volumen disponible, diafanidad y conexión con el exterior, a través de un gran escaparate abierto a la calle Instituto. Todo un emblema de lo que pretende la galería, tanto en sus casi 150 metros cuadrados en la sede como en su apertura a otros espacios expositivos: los primeros, en las citas de febrero en la capital de España Art Madrid y Drawing Room con una cuidada selección de artistas que encabeza el propio Avelino Sala, y ya en marzo en el certamen milanés Mia Photo Fair, adonde acude con la obra de Soledad Córdoba.

This perfect day

Para la primera muestra de su nueva etapa, Gema Llamazares ha recuperado para el público gijonés la mezcla de rigor técnico, imaginación simbólica y contundencia política de Avelino Sala (1972). Fiel a su método, que combina siempre diversos lenguajes y formatos, Sala ha desplegado un repertorio de obra que, bajo el título de una filmación distópica de León de Aranoa, combina instalación, pintura y dibujo, vídeo, escultura y collage: una batería de recursos para hablar con acidez crítica y una incansable capacidad para recrear símbolos (a menudo, de la cultura de masas) de lo que está pasando ahora mismo en el mundo: violencia física y social, trilería política, abusos corporativos, culto al becerro de oro en todas sus versiones y, finalmente, derrumbes como el que inspira la serie quizá más sugerente de la exposición: el de las Torres Gemelas, cuyas imágenes de personas cayendo al vacío Sala ha impreso con una depurada técnica digital en plumas de ave como testimonios de un desplumado Ícaro del siglo XXI.

Sala también ha trabajado en piezas menos delicadas, como los escudos de antidisturbios con otros escudos -los de los países apodados PIGS del sur de Europa- bañados en dorado y manchados por impactos de pintura. Sus collages, que recuerdan los de Josep Renau, aligeran el conjunto con una visión entre festiva, bufa y macabra de la sociedad opulenta basada en imágenes de otros artistas recortadas en revistas de arte. Y una torre de naipes bañados en oro de 24 kilates y manipulados con habilidad prodigiosa por un mago y prestímano sugieren el permanente acto de ilusionismo, engaño y juego con el que Sala alude a quienes tienen el poder.