Madoz, un «viajero inmóvil» por una Asturias imaginaria

J. C. Gea / EFE REDACCIÓN

CULTURA

El fotógrafo presenta en Madrid el proyecto con el que se suma a la serie «Miradas de Asturias» de la Fundación María Cristina Masaveu. La muestra llegará al Bellas Artes en mayo

07 feb 2017 . Actualizado a las 17:34 h.

Nadie pensaría en viajes que no fuesen exclusivamente mentales al hablar de la obra del madrileño Chema Madoz (1958). Las fotografías de uno de los autores más personales de la fotografía (y de la imaginación poética) en España se asocian más bien con insólitos bodegones en los que los objetos cotidianos se convierten, merced a la forma de mirarlos y a una manipulación exquisita, en otras cosas que sí mismos. De ahí el enfoque necesariamente distinto que el Premio Nacional de Fotografía 2000 ha imprimido al ciclo Miradas de Asturias, la invitación anual de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson a los mejores fotógrafos españoles para acercarse a un tema común: el Principado. El viajero inmóvil, es el resultado de ese viaje por una Asturias «imaginaria y poética» que Madoz ha fotografiado sin salir de su estudio.

El resultado son 34 fotografías en blanco y negro -30 de ellas copias únicas- que se exponen a partir del día 9 y hasta mediados de abril en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid. El proyecto incluye además, por primera vez, un vídeo en el que una cascada brota del escenario del teatro Campoamor, y llegará al Museo de Bellas Artes en mayo. La serie pasará a formar parte de las colecciones artísticas de la Fundación, en la que ya se encuentran las «Miradas de Asturias» precedentes de Alberto García-Alix, José María Ballester, Ouka Leele y Joan Fontcuberta.

«Al principio este proyecto se me hacía un poco cuesta arriba, porque no tenía muy claro cómo abordarlo», ha reconocido hoy Madoz (Madrid, 1958), Premio Nacional de Fotografía en el año 2000, en la presentación de esta colección que se expondrá del 9 de febrero al 16 de abril en el Centro Conde Duque de Madrid. La muestra, que supone la quinta edición de la iniciativa de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, implica un giro sustancial en el método de trabajo de Madoz. En lugar de partir del objeto para abrirlo a nuevos significados e ideas, en esta ocasión la idea misma de Asturias ha sido el punto de partida de este viaje que ha realizado, como aquel Xavier de Maistre que escribió un Viaje a través de mi habitación sin salir de su estudio.

«La mayoría de las imágenes intentan mostrar una Asturias latente con una fuerza de la naturaleza muy evidente», asegura Madoz, añadiendo que esa naturaleza «ha desbordado» a los objetos fotografiados, y que la poesía está presente «en todo el trabajo». Sus metáforas visuales se apoyan siempre en algo real, que remite al territorio asturiano: una concha marina o una hoja pueden ser el punto de partida de lo que el comisario de la muestra, Borja Casani, describe como «abstracciones conceptuales».

«Es una mirada poética sobre el mundo, sobre Asturias», opina Casani, que acompaña desde hace más de treinta años en su actividad artística al fotógrafo, cuya obra se ha expuesto, entre otros sitios, en el Yossi Moli de Nueva York o la Galería Esther Woerdehoff de París. Por su parte, Álvaro Sánchez, en representación de la Fundación, ha señalado, en términos similares, que «la exposición es un viaje por la imaginación, por la esencia pura de Asturias».