Damien Chazelle, que podría convertirse en el director más joven en lograr la estatuilla, y Barry Jenkins y su emotiva «Moonlight» parten como favoritos ante los ya consagrados Mel Gibson, Denis Villeneuve y Kenneth Lonergan
23 feb 2017 . Actualizado a las 16:21 h.Dos jóvenes talentos que no pasan de los 40 años, Damien Chazelle y Barry Jenkins, tendrán en esta edición de los Oscars la posibilidad de imponerse en la categoría de mejor director a otras figuras ya consagradas. La ambición, el ingenio y el buen hacer desprendido por ambos a la hora de rodar La La Land y Moonlight, dos películas totalmente opuestas, ha servido para tocar a la puerta de Hollywood y pedir paso a toda una nueva generación de cineastas.
Sus rivales por el Oscar al mejor director serán Mel Gibson con su vuelta en la cinta bélica Hasta el último hombre, Denis Villeneuve con su aguda reinterpretación de los códigos de la ciencia-ficción en La llegada, y Kenneth Lonergan con el austero y emocionante drama Manchester frente al mar.
A sus 32 años, Damien Chazelle opta el Oscar como mejor director con La La Land, el brillante homenaje a los musicales clásicos de Hollywood en el que retrata de un modo ídilico y casi de postal a Los Ángeles, la ciudad de los sueños y las estrellas.
La La Land es el cuarto trabajo como director de Damien Chazelle -ahora ya está preparando otra película, First Man,- y llega a los Oscars con el aval que supone haber obtenido el Globo de Oro y el Bafta. En caso de hacerse con la estatuilla en la ceremonia de este domingo en el Dolby Theatre, Damien Chazelle se convertirá a sus 32 años y 38 días en el director más joven en ganar un Oscar y destronará a Norman Taurog, que recibió el premio por Skippy en 1931 con 32 años y 260 días.
La música es un tema recurrente en toda la filmografía de Damien Chazelle, que debutó en el 2009 con Guy and Madeline on Park Bench, pero fue con Whiplash, en el 2014, cuando recibió su primera candidatura a los Oscars al mejor guion adaptado, categoría a la que opta también este año con La La Land.
El otro joven talento que opta al Oscar como mejor director es Barry Jenkins, quien a sus 37 años y con tan solo una película a sus espaldas es uno de los favoritos a alzarse con la estatuilla por Moonlight.
Barry Jenkins buscaba un proyecto tras su ópera prima, Medicine for Melancholy (2008), y lo encontró con la ayuda del escritor Tarell Alvin McCraney, en el suburbio negro en el que creció en Miami para situar y ambientar el drama Moonlight. Su retrato del mundo de las drogas, los efectos de la pobreza y la homosexualidad en ese suburbio le han servido para cosechar un enorme éxito con Moonlight y obtener una nominación al los Oscars como mejor director y guion adaptado.
El tercero en discordia para hacerse con el Oscar a la mejor dirección es Mel Gibson, que tras una carrera que parecía hipotecada por los escándalos y sus problemas con el alcohol, ha regresado con firmeza gracias al filme bélico Hasta el último hombre lo que ha supuesto su tercera nominación a los Oscars en su trayectoria. «He hecho un buen trabajo y sé que para muchos estoy de vuelta, pero nunca me fui (…) Ahora vuelvo a estar en el candelero», señaló Gibson hace poco.
Mel Gibson ya sabe lo que es ganar un Oscar, ya que lo conquistó por partida doble con Braveheart en 1995, tanto a mejor película como a mejor dirección.
Aunque ya había dejado muestras de su enorme potencial en Incendies, Prisioneros o Sicarios, el canadiense Denis Villeneuve ha vuelto a sorprender con La llegada, trabajo que le ha servido para obtener la nominación a los Oscars como mejor director.
Consolidado como uno de los cineastas actuales más cotizados y de Hollywood, Denis Villeneuve afrontará este año el reto de su vida al abordar la secuela de la legendaria cinta de ciencia-ficción Blade Runner.
Los dramas cotidianos, sencillos pero cargados de humanidad en cada una de sus escenas son la seña de identidad del cineasta Kenneth Lonergan, candidato al Oscar por su labor en la serena y emocionante Manchester frente al mar.
Kenneth Lonergan suma ya cuatro nominaciones a los Oscars: dos por Manchester frente al mar, con dirección y guion original y dos por su labor como escritor en Puedes contar conmigo y Gangs of New York, de Martin Scorsese.
Tras debutar como director con Puedes contar conmigo, Kenneth Lonergan tuvo numerosas dificultades de todo tipo para lanzar su siguiente película, Margaret, mientras que como guionista también destacó su trabajo en Una terapia peligrosa.