«Vida y aventuras de Jack Engle», novela folletinesca de Walt Whitman, recuperada

Gracia Novás REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Zachary Turpin, un estudiante de la Universidad de Houston, descubrió el texto perdido durante más de 160 años

25 feb 2017 . Actualizado a las 10:10 h.

Life and Adventures of Jack Engle: an Auto-Biography (A Story of New York at the Present Time) apareció publicada en 1852 en el periódico neoyorquino Sunday Dispatch, en forma de folletín; de hecho, la historia narrada tenía tintes dickensianos y estaba ambientada en un orfanato de la ciudad de Nueva York. Pero no volvió a saberse de esta novela escrita por Walt Whitman (West Hills, Nueva York, 1819-Camden, Nueva Jersey, 1892) poco antes de que se editase su obra magna Hojas de hierba, en 1855. La obra -perdida durante 165 años- fue redescubierta el pasado verano por Zachary Turpin, un estudiante de doctorado de la Universidad de Houston que se hallaba digitalizando documentos, según informó el diario The New York Times. El relato será reeditado así por primera vez en la revista web The Walt Whitman Quarterly Review -a partir de este lunes- y, posteriormente, la Universidad de Iowa preparará su publicación ya en formato de libro de papel. La narración tiene de todo lo que puede desear un lector, adelanta Turpin, incluido un misterio urbano, un romance sensacionalista, un villano sin mostacho y su dosis de sangre y vísceras.

Al hilo de estos mimbres, el especialista David S. Reynolds -reputado experto en el autor de Canto a mí mismo- mostraba su fascinación alrededor de los interrogantes que suscita la manera en que un periodista y escritor convencional -el que pergeña Vida y aventuras de Jack Engle- se transforma poco después en el gigante, el irrepetible vate, patriarca de la poesía moderna, que aún hoy maravilla por su «verso libre sensual, filosófico y salvajemente experimental y totalmente inclasificable de Hojas de hierba».

Es verdad que Whitman, pasado el tiempo, postergaba estos escritos -rechazó reeditar sus primeras ficciones- y ocultaba una fase en la que trabajaba por encargo, se empleaba en labores de carpintería y publicaba muy poco. Es más, pese a que había vendido más de 20.000 ejemplares, prácticamente renegaba de Franklin Evans, el borracho -que apareció en 1841, fue tenida mucho tiempo por su única novela y en el año 2012 editó en España el sello Cátedra-. Y es que Vida y aventuras de Jack Engle ni siquiera aparecía firmada, se publicó en el diario de manera anónima. El protagonista de este relato en primera persona -un huérfano pobre pero virtuoso- tiene su parentesco con el de Evans, un joven que deja el medio rural por la gran urbe en busca de fortuna y las dudosas amistades lo llevan a la bebida. Aunque su redención no tiene que ver con una voluntad decidida de enmienda -tras muchos avatares y casualidades deja el alcohol-, encontrará acaudalados benefactores. Evans se reforma y, en su combate contra la adicción, escribe su propia historia.

Más allá de valorar sus intenciones moralizantes, el lector no podrá intuir en estas dos novelitas al autor de poderosa e innovadora voz de Hojas de hierba, mítico poemario con que Whitman refundó la literatura estadounidense.