Por el bien de la comedia, no

miguel anxo fernández

CULTURA

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La comedia española, erre que erre sigue a lo suyo, entregada hoy a los modos, maneras y peajes de la «sitcom» televisiva, como en  «Es por tu bien»

16 mar 2017 . Actualizado a las 07:59 h.

La comedia española, género que en todo el siglo XX pasó por picos y valles (para picos los años 50 y parte de la década siguiente, con una ligera remontada en los 70…), erre que erre sigue a lo suyo, entregada hoy a los modos, maneras y peajes de la sitcom televisiva. Como en Es por tu bien. Manosea gags y situaciones; ignora la cadencia rítmica del buen género (confunden la velocidad con el tocino…); sus personajes son caricaturas, además de moverse acelerados y cotorrear como en la tele. Es verdad que, gracias al bombardeo promocional de la cadena implicada (en este caso, Telecinco Cinema), la taquilla cuenta con su simpatía, confirmando que al público no le importa cambiar durante un par de horas el sofá de su salón por la butaca de un cine. De paso, tirando de eufemismo, todos contentos: los productores recuperan la pasta y los exhibidores engordan su cuenta de beneficios. Estupendo, entonces, aunque no parezca muy honesto cobrar al espectador por lo que puede ver gratis en casa. Pelillos a la mar.

Tampoco caigamos en la trampa de pedir peras al olmo. Therón tiene entre sus créditos televisivos episodios de series como El barco, Chringuito de Pepe y Olmos y Robles, mientras que en los cinematográficos, Fuga de cerebros 2 e Impávido. Vamos, canela en rama… Sus guionistas, tales bailan. Aun admitiendo que ni pretenden hacer arte ni alta comedia, un pelín de mesura en las situaciones, un toque de frescura a los diálogos y un respeto hacia el género, por poco que fuese, habría derivado en un producto igualmente resultón en taquilla y al mismo tiempo reafirmaría que el cine español ya es mayorcito en lo de provocar carcajadas y reírse de la vida. Tres padrazos preocupados por los novios que han elegido sus hijas... Suena bien de entrada, pero intuimos que en el desenlace llegará el trágala, como no podría ser de otra manera. ¿Que si entretiene? Igual que un episodio de cualquier sitcom castiza. Pero señores, cuando hagan cine, que sea cine, de la misma manera que hacer poesía no es componer ripios… Sin duda, predicamos en el desierto, así que sigamos pecando.