«El triángulo de las reliquias», un filón turístico aún sin explotar

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

CULTURA

Fotografía del cáliz de Doña Urraca, el Santo Grial.Fotografía del cáliz de Doña Urraca, el Santo Grial
Fotografía del cáliz de Doña Urraca, el Santo Grial

Una historiadora y concejala de León propone llevar a cabo una ruta entre Oviedo, León y Santiago para conocer el santo sudario, el Santo Grial y la tumba del apóstol

27 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El paradero del Santo Grial ha sido sin duda uno de los mayores enigmas de la historia. Nunca un objeto había generado tantas teorías e hipótesis, hasta que los historiadores leoneses Margarita Torres y José Miguel Ortega, autores del libro Los reyes del Grial, dieron finalmente con su paradero. El objeto más buscado por la cristiandad se trata realmente del cáliz de Doña Urraca, el cual se encuentra en el museo de la colegiata de San Isidoro de León desde hace más de mil años. Este hallazgo ha supuesto que miles de turistas se acerquen cada año a visitar la famosa reliquia. Ese filón podría ser aprovechado también por Asturias si se creara, como algunos ya han propuesto, una ruta santa entre Oviedo, León y Oviedo. Se trataría de una unión en la que los turistas y peregrinos podrían visitar no solo el cáliz de Cristo, sino también el santo sudario y la tumba del apóstol. «Sería una ruta única en el mundo», afirma la historiadora.

Un descubrimiento milagroso

La publicación de Los reyes del Grial supuso un antes y un después en la historia de la cristiandad. En su libro, Margarita Torres y José Miguel Ortega, desvelan que el cáliz de Doña Urraca es en realidad la copa de la última cena, un hallazgo que ha dado la vuelta al mundo. La reliquia, que se encuentra en el museo de la colegiata de San Isidoro en León, ha recibido en los tres últimos años más de 300.000 visitas de turistas de todo el mundo que se han acercado a la capital para ver en primera persona uno de los objetos más preciados de la historia. La cifra es además bastante sorprendente si se tiene en cuenta que las pequeñas dimensiones del recinto limitan el número de personas a 25.

Este fenómeno podría repercutir directamente en el turismo en Asturias. El Principado, junto con Galicia y Castilla y León, podrían llevar a cabo una ruta por el «triángulo de las reliquias», es decir, un itinerario que recorra sus capitales. A través de ella, los turistas podrían visitar no solo el Santo Grial, sino también el santo sudario y la tumba del apóstol. «Estamos hablando de tres ciudades con una gran base histórica, que están hermanadas, y que tienen un gran potencial cultural y turístico», afirma la historiadora. Tanto Oviedo como León forman parte de alguno de los itinerarios del Camino de Santiago, lo que sería también un atractivo para los peregrinos que decidan realizarlo. De esta manera, la ruta se podría conjugar de dos formas diferentes. La primera sería bajar a León desde Oviedo y terminar en Santiago, de manera que se uniría el camino antiguo con el francés. La segunda sería a la inversa, es decir, se subiría a Oviedo desde León para terminar en Santiago. Además de conjugarlo con el Camino de Santiago, otra opción sería ofrecer a los turistas de todo el mundo una ruta «por tres ciudades históricas, con precios asequibles y muy bien comunicadas».

Margarita Torres, que es además concejala en el Ayuntamiento de León, afirma que a nivel institucional nunca se ha hablado de la opción de potenciar este triángulo turístico, aunque sí que ya se ha comentado en pequeños círculos. «Es una fruta que espera ser recogida. Desde León estamos más que dispuestos a llevar a cabo esta ruta.Tenemos tantos lazos que estamos abiertos a cualquier tipo de relación con dos ciudades que son hermanas, porque lo tienes todo para hacer una gran oferta turística», afirma.

Una reliquia con mucha historia

La historia del Santo Grial lleva tras de sí más de mil años de leyendas e hipótesis. Procedente de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, la copa de la última cena viajó a España en el siglo XI como regalo del poderoso califa de la dinastía Fatimí, que gobernaba Egipto, al emir de Denia. En ese momento, su reino se encontraba enemistado con el de Fernando I, por lo que decidió entregarle este regalo para garantizar la paz entre ambos territorios. El cáliz fue decorado con las joyas de Doña Urraca y se convirtió finalmente en un relicario que fue guardado en el museo de la colegiata de San Isidoro.

Además de unos pergaminos que se encontraron en la Biblioteca de El Cairo, que acreditan que el cáliz leonés es el mismo que veneraban los primeros cristianos, se han encontrado otros indicios que revelan que la colegiata alberga la famosa reliquia. Entre ellas están las pinturas del Panteón Real que parecen estar consagradas a la copa de Cristo. Torres destaca además que bajo la estatua de San Isidoro, alguien dejó la memoria del cáliz a la vista en una metopa en la que se puede ver una pila bautismal de la que sale la cabeza de Cristo y, sobre ella, el Santo Grial.