El jurado considera el premio una «defensa activa» de la diversidad y de la integración

Si lo hispano necesita en estos momentos un espaldarazo en Estados Unidos de Donald Trump, el Premio Princesa de Asturias de Cooperacion Internacional de este año ha creido conveniente dárselo. En ello han coincidido con diversos matices algunos de los jurados que, tras un debate que han descrito como intenso y muy interesante, ha acordado concederlo a la Hispanic Society of America. Pero, más allá de lo hispano o lo latino en concreto, el galardón parece enviar un mensaje «en pro de la diversidad» y como «una defensa de la integración de los pueblos».

Así lo cree, por ejemplo, Patricio Lorente, de la Fundación Wikipedia, quien ha destacado la oportunidad del premio «sobre todo en momentos en que hay ataque a lo diverso». Por su parte, el astronauta español Pedro Duque -aunque está convencido de «la cultura y la lengua española se defienden hoy por sí mismas» y que la de Estados Unidos es «una cultura que será en breve bilingüe y bicultural»- ha recordado las circunstancias en las que fue fundada la HSA. «Se está reconociendo a alguien que hizo una defensa de la cultura hispana y portuguesa en un pasado que podía resultar penoso», ha dicho Duque, en términos muy similares a los empleados por Patricio Lorente. La HSA nació en un contexto de relaciones hispano-americanas devastadas por la reciente Guerra de Cuba.

«Aunque el debate ha sido muy reñido y no era mi candidatura, apoyo que se ponga e valor la defensa de lo hispano en estos momentos concretos, en que vemos que lo hispano tiene que hacer una defensa activa de su posición», ha señalado, en la misma línea, Paula Farias.

Menos explícito sobre el trasfondo político del premio se ha mostrado el exministro de Exteriores y presidente del jurado Marcelino Oreja, quien se ha limitado a recordar la exposición sobre los tesoros de la HSA que estos días se exponen en el museo del Prado.

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