Zidane logra la redención colectiva

DEPORTES

PETER POWELL | efe

El impulso del técnico debutante solapa la crisis institucional y las sombras del juego del equipo

29 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El apagafuegos acabó arrimando el ascua a su sardina. Zinedine Zidane, en un hecho sin precedentes, acudió al rescate de un Real Madrid quemado con la presencia de Rafa Benítez y terminó proclamándose campeón de Europa. El primer técnico francés es levantar una Liga de Campeones tuvo a su favor que para su estreno como entrenador de alto nivel le pusieron al timón del mayor trasatlántico del mundo. Sin embargo, las vías de agua eran muchas y su experiencia, nula.

El Real Madrid de Zidane brilló por su cohesión, pero no por su fútbol. El espejismo de tener la Liga al alcance de la mano provocó delirios en la grada, pero el galo siempre lo tuvo claro: las carencias abundaban. Principalmente, la actitud y la solidaridad. Él mismo se encargó de reflejarlo en marzo tras una victoria gris ante el Las Palmas. Zidane fue el mortero en el que se sostuvo un club cuyos cimiento se tambalean por la cuestionable gestión de su presidente, Florentino Pérez. El potencial en ataque de un equipo que se mostraba irregular en el juego colectivo lograron el resto. El entrenador francés firmó ayer un hito histórico al convertirse en el séptimo que consigue ser campeón de Europa como futbolista y como técnico. Es más, tras perder dos finales con la Juventus (en 1997 y 1998), participó de los tres últimos títulos continentales del club blanco.

En el 2002 una volea que ya queda para los anales significó la novena Copa para el Madrid, y la primera para Zidane. Además, era el ayudante de Carlo Ancelotti en la décima conseguida en Lisboa ante el Atlético de Madrid y ayer, ya como entrenador principal, cosechó otro título europeo más. Desde que asumió el cargo, el 9 de enero de 2016, Zidane ha cosechado 22 victorias en 27 partidos, tres empates y dos únicas derrotas, precisamente ante el Atlético (0-1) (la única desde que dirige al club blanco en Liga) y otra en Champions (2-0) frente al Wolfsburgo.

Ese tropiezo fue un punto de inflexión para la gestión del vestuario, ya que se vio obligado a remontar en la vuelta (lo hizo por tres goles a cero) y a revertir la negatividad que se instaló en el vestuario. Una vez más, las dotes de Zidane como gestor de grupo se impusieron a las técnico-tácticas (algo que, a priori, nadie hubiese imaginado en el entorno del equipo blanco). Así las cosas, el tramo final de la temporada se vio teñido de optimismo, también reforzado por la victoria ante el Barcelona. Al contrario que Benítez, Zidane fue siempre respaldado por los pesos pesados del vestuario. Sergio Ramos dio su bendición con un «nos ha devuelto la alegría. Rápidamente nos dimos cuenta del feeling que sentimos con él» y Cristiano Ronaldo le ratificó en el cargo: «Lo mejor de Zidane es que sabe escuchar a los jugadores». Ayer, Milán premió esa cohesión.