Mueren tres saltadores base en la última semana

La Voz LA VOZ / EFE

DEPORTES

Alexander Polli ha perdido la vida cerca de Chamonix, en Francia, mientras que Uli Emanuele falleció en las Dolomitas austríacas

23 ago 2016 . Actualizado a las 17:42 h.

El salto base está de luto de nuevo. En los últimos días han perdido la vida tres deportistas en varios accidentes ocurridos en Suiza, Austria y Francia. El especialista en salto base Alexander Polli, de nacionalidad italo-noruega, falleció el lunes en un accidente durante uno de sus ejercicios cerca de Chamonix (Francia), según han confirmado este martes a EFE fuentes del Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña (PGHM) de esa localidad francesa. Polli, de 31 años, era uno de los mejores de su especialidad y un apasionado de esa modalidad extrema del paracaidismo, en el que sus practicantes van equipados con un traje que incorpora membranas a modo de alas.

El italo-noruego falleció tras impactar contra un árbol en la zona de Brévent, a la que había acudido con un grupo de cinco personas. El diario francés Le Parisien detalló que se golpeó la cabeza y murió minutos después de la llegada de los servicios de socorro. Uno de sus saltos más espectaculares tuvo lugar en el 2013, cuando cruzó a 250 kilómetros por hora la Roca Foradada de Montserrat.

Su muerte llega apenas unos días después de la de saltador base italiano, Uli Emanuele, también uno de los más conocidos en este deportes. Pereció en un accidente en Austria el pasado jueves, mientras realizaba unas grabaciones para un vídeo de sus exhibiciones, El accidente mortal se produjo cuando Emanuele, de 29 años, se encontraba en las Dolomitas austriacas. El italiano era famoso en Italia por unos vídeos en los que realizaba saltos extremos entre anillos de fuego y pequeños espacios entre las montañas. Empezó su carrera como paracaidista, siguiendo la trayectoria del padre, aunque en los últimos años se había dedicado al salto base y a los lanzamientos con traje aéreo. 

Este italiano desafió en julio del 2015 a la técnica y a su propio cuerpo y logró un salto prácticamente imposible: atravesar el hueco de una roca de apenas dos metros en los Alpes suizos. Bautizado como The Hole (El Agujero), Uli Emanuele tardó tres años en prepararse y tras 45 horas de ascenso hasta el punto desde donde debería saltar, logró colarse por el agujero hasta cuatro veces. Lo hizo para un evento promocional de GoPro, con la que grabó su salto base. En unas imágenes espeluznantes, en las que se ve como casi se choca contra una de las paredes. «Después de tres años de duro entrenamiento, estaba preparado. Abrí dos salidas diferentes. Volé a través del agujero en cuatro ocasiones. Ese es el agujero más pequeño por el que jamás nadie ha volado», afirmó muy emocionado ya en tierra firme. «Sólo hago lo mejor para mí. Este es mi deporte, es mi vida, es mi pasión», aseguró.

A la muerte de estos dos saltadores se suma otra ocurrida también el jueves. Se trata de un británico de 49 años, que saltó desde la cima High Ultimate en Murren (Suiza) y falleció horas después. La policía no ha conseguido todavía identificar el cuerpo sin vida. Además, a principios del mes de agosto falleció un joven británico que saltó desde el Mont Blanc

Salto base, sin plan B

Ramón Rojas, Álvaro Bultó, Darío Barrio o Dean Potter, son otros deportistas que murieron practicando salto base en los últimos años. Con cada muerte se reabre a continuación un debate que cuestiona una práctica con muchos accidentes fatales en su haber. Mientras los que lo practican defienden que se trata de un deporte (eso sí, extremo), otros simplemente les tachan de «locos e imprudentes».

Salto base es, en realidad, un acrónimo de las palabras inglesas buildings, antennae, span, earth (edificios, antenas, vanos de puentes, tierra), que son los lugares desde donde se salta: es decir, que no se hace desde un avión, como el paracaidismo normal. Y esto es lo que genera el riesgo: la altura es insuficiente para tolerar errores.