Justin Thomas, el ídolo del futuro

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Brian Spurlock | Reuters

Ganó el Sony Open de Hawái con el marcador más bajo de la historia de la PGA

17 ene 2017 . Actualizado a las 08:15 h.

Lleva toda la vida en el golf. Literalmente. De hecho, lo porta en la sangre. Antes que Justin Thomas (Louisville, Estados Unidos, 1993), el circuito norteamericano disfrutó con su abuelo Paul (medio siglo lleva vinculado a la PGA este ex jugador profesional) y con su padre Mike, que ha estado relacionado con el golf en los últimos treinta y dos años (veinticinco de ellos como miembro de la PGA) como profesional de la enseñanza de este deporte y gestor de campos.

Pero es Justin el que ahora asoma la cabeza en el olimpo de los ídolos norteamericanos. Este fanático del fútbol americano (el estadio Bryant-Denny de Tuscaloosa, el del equipo de la Universidad de Alabama donde Thomas estudió, es una de sus imágenes de cabecera) practica el golf desde los dos años, jugó su primer torneo con ocho y obtuvo su primera victoria en categoría sub-12.

Desde entonces ha ido acumulando triunfos hasta sumar más de 125. El último, el más sonado: el Abierto de Hawái, que se llevó con el marcador más bajo de la historia de la PGA (253 golpes en 72 hoyos disputados). Es un paso más en una progresión exponencial en la carrera de un deportista que va batiendo récords de precocidad.

Además, esta victoria en el Waialae CC de Honolulu, le sitúa en lugar privilegiado en las estadísticas históricas del golf. En las últimas tres décadas, solo Woods y McIlroy lograron ganar dos torneos seguidos en la PGA antes de superar los veintitrés años de edad. Y desde que lo hizo Ernie Els en el año 2003, nadie ganaba consecutivamente los dos torneos con sede en Hawái.

Hasta el momento, su palmarés en el Campeonato de la PGA recoge dos victorias en el CIMB Classic de Kuala Lumpur (2015 y 2016) y una en cada uno de los dos últimos torneos celebrados, el SBS Tournament of Champions de Kapalua y el Sony Open en Honolulu.

Con este respaldo, no es extraño que comiencen a extenderse las voces de aquellos que auguran un Justin Thomas encaramado a lo más alto del ránking mundial. Ahora es octavo, la pasada semana era duodécimo y terminó el 2016 como vigésimo segundo.

Entre tanto, Justin Thomas, que lleva el golf en la sangre y es un ávido coleccionista de zapatos y de las bolas que le recuerdan los torneos que gana, continúa haciendo valer su lema vital: «No hay excusas. Juega como un campeón». Es lo que ha hecho desde que comenzó la temporada.