Las grandes industrias asturianas gastan más de 50 millones al año en contaminar

Susana D. Machargo REDACCIÓN

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ANGEL MANSO

Cuatro centrales térmicas y cuatro siderúrgicas emiten el 88% del CO2 sometido al control de Europa que se genera en Asturias

25 may 2016 . Actualizado a las 10:10 h.

50,4 millones de euros. Esa es la factura anual de las emisiones de CO2 en el Principado. Al menos, es la cantidad de dinero que las grandes industrias asturianas se gastaron en el 2014, el último ejercicio con los datos cerrados y verificados por Europa. Esa cantidad surge de multiplicar los 8,4 millones de emisiones que necesitaban por los 6 euros que de media adquirieron los permisos en el mercado durante ese año. Así aparece reflejado en la memoria presentada por la Fundación Empresa y Clima esta misma semana, que ha sido elaborada por el economista y consultor ambiental Arturo de las Heras. El informe refleja que la contaminación en el Principado creció un 1%. Lo mismo sucedió en otras comunidades como Andalucía, Galicia y Castilla y León, que son las principales productoras energéticas y las que marcan la tendencia nacional. Si se pone en relación la polución con el número de habitantes, a cada asturiano le corresponderían 22,3 toneladas al año. Esto supone tres veces más que la media nacional.

Todas estas cifras tienen su explicación. De las Heras rehúye la elaboración de ránkings por comunidades en función de estos datos. El autor explica que las autonomías como Asturias quedarían penalizadas por su perfil de productoras energéticas, porque el baremo no atiende a los usuarios, a los consumidores energéticos, un factor que habría que tener en cuenta. «En el Principado se produce energía que también consumen los extremeños, que en este caso cuentan con muchas menos emisiones», precisa. Así que sus explicaciones se centran en describir la realidad interna.

Los más y los menos contaminantes

Del 100% de las emisiones de CO2, el 73% están sujetas a la directiva y el 27% son las conocidas como difusas, es decir, las que proceden de sectores o actividades, como puede ser el transporte o la agricultura, que no están sujetas a los permisos europeos. Ese 73% sobre el que sí hay que rendir cuentas ascendió en 2014 a 17,7 millones de toneladas, un 1% más que en 2013. Aunque la cantidad es muy elevada, el número de empresas responsables es, en realidad, muy limitado: cuatro centrales térmicas de carbón y cuatro grandes instalaciones siderúrgicas. La generación eléctrica y las acerías son responsables del 88%. Tampoco estos datos extrañan a De las Heras. «Se trata de grandes industrias de sectores que no están en el centro de las políticas de deslocalización y que, por tanto, apenas cuentan con permisos asignados de forma gratuita», explica, ya que los mercados que están en el disparadero están más bonificados. Es más, la política que está aplicando Europa tiende a reducir esas cuotas gratuitas.

Al no tener casi derechos gratuitos tienen que salir a comprarlos, ya sea mediante subastas o a precios de mercado. El autor del informe comenta que, en la mayoría de los casos, van a las pujas porque logran precios más competitivos. El precio medio en ese mercado de emisiones fue de 6 euros en 2014. De ahí que la factura asturiana se disparara a los 50,4 millones de euros, según la estimación realizada por la Fundación Empresa y Clima. Para el periodo 2013-2020, las empresas ya tienen asignadas las cantidades fijas, así que en función de la producción tendrá que ajustar sus presupuestos.

El análisis de las emisiones por sectores refleja algún cambio. Ha disminuido la contaminación achacable a procesos de combustión industrial y a las industrias de la siderurgia, tejas y ladrillos y pasta y papel. Por el contrario, ha aumentado en la generación eléctrica de carbón y en los sectores del aluminio, el vidrio y el cemento, con incrementos que oscilan entre el 2,1% y el 18,5%.