Un nuevo retraso en la subasta eléctrica pone en jaque a Alcoa, Arcelor y Asturiana de Zinc

Noelia Rodríguez AVILÉS

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Marcha de los trabajadores de Alcoa en defensa del futuro de la planta de Avilés.Marcha de los trabajadores de Alcoa en defensa del futuro de la planta de Avilés en el año 2014
Marcha de los trabajadores de Alcoa en defensa del futuro de la planta de Avilés en el año 2014

Industria retrasa a finales de año la celebración de la subasta a la espera de que haya un nuevo ejecutivo que pueda convocarla

11 jul 2016 . Actualizado a las 16:25 h.

De que se forme gobierno en España depende que las grandes industrias asturianas sean competitivas el próximo año. Era algo que se venía especulando en los últimos meses ante la inestabilidad política, pero ahora el Ministerio de Industria reconoce que un ejecutivo en funciones no puede aprobar los reglamentos necesarios para convocar la subasta de ininterrumpibilidad, lo que pone en peligro que Alcoa, ArcelorMittal y Asturiana de Zinc tengan una tarifa de energía a partir del próximo 1 de enero. Si antes de que acabe el año no se han hecho con nuevos paquetes de energía -lo que se pone en venta en la subasta- se pone en jaque su viabilidad, puesto que la factura energética es uno de los mayores costes a los que hacen frente las grandes industrias asentadas en nuestro país. En Madrid están trabajando en convocar la nueva subasta de energía eléctrica hablando con los propios implicados, pero reconocen que no será posible su celebración para septiembre, tal y como se había previsto inicialmente. Sus cálculos van a finales de año y con el condicionante de que haya un nuevo gobierno que pueda aprobar los reglamentos de su convocatoria.

La noticia ha caído como un jarro de agua frío en Asturias, especialmente entre los trabajadores de Alcoa, empresa con mayor incertidumbre sobre su futuro. El presidente del comité de empresa de las instalaciones de Avilés asegura que el retraso es «inaceptable». «No creo que porque haya un gobierno en funciones se pare el país», aseguraba José Manuel Gómez de la Uz. Duda que si las condiciones de la subasta son las mismas que el año pasado, algo que no han podido confirmar en Industria, no sea suficiente con un gobierno en funciones. «Es firmar, como cualquier otra cosa que sea para un año», dice en referencia a la duración de los resultados de la anterior subasta. Precisamente el hecho de que no tenga una periodicidad tan corta es algo que vienen reclamando los sindicatos desde que el gobierno del PP pusiera en marcha la subasta energética. También el propio ejecutivo asturiano se ha posicionado siempre a favor de un modelo más a largo plazo y que dé cierta estabilidad a las empresas y les permita hacer planes a largo plazo. El consejero de Empleo, Francisco Blanco, era de los primeros en reaccionar ante el retraso en la convocatoria de la subasta culpando al gobierno nacional de incrementar la «incertidumbre» sobre las grandes empresas.

El precio de la energía supone una parte importante de los gastos de las plantas españolas de ArcelorMittal, Asturiana de Zinc y Alcoa, aunque en esta última es especialmente lesivo puesto que, como recuerdan fuentes de la compañía, su factura de la luz es el 40% de sus gastos totales. «Para la industria del aluminio es crítico este coste porque es la más intensiva. Necesitamos un coste de la energía competitivo», dicen y se muestran precavidos ante las noticias del retraso en la celebración de la subasta eléctrica. «No tenemos información al respecto», apuntan. Saber cuánto les costará la energía en 2017, incluso si consiguen paquetes para tener ese precio más competitivo, es fundamental a la hora de realizar los presupuestos de las empresas. El hecho de que la subasta se celebre a finales de año retrasaría esa planificación, tal y como reconoce Oswaldo Suárez, CEO del cluster Asturias de ArcelorMittal. Incluso pondría sobre la mesa un escenario que ya se vivió en 2014, cuando Alcoa no se hizo con paquetes de energía para las plantas de Avilés y Coruña para el ejercicio siguiente. Una segunda subasta, celebrada «in extremis» en diciembre, le permitió hacerlo y mantener la viabilidad de las instalaciones. Si en esta ocasión la venta de paquetes se prolonga al tercer trimestre de este año puede que no hubiera tiempo para una segunda convocatoria.

El futuro de Alcoa

El anuncio del retraso en la convocatoria de la subasta supone también un freno a los planes de futuro de Alcoa para sus plantas españolas, que sopesa vender o permitir la entrada de más accionariado. Desde la aluminera insisten en que siguen analizando todas las opciones posibles, pero los trabajadores de Avilés se muestran convencidos de que no se llevará a cabo ninguna acción hasta que no se resuelva el tema de la subasta. Aún así han solicitado una reunión con los responsables de la empresa a los que también preguntarán por el retraso de la subasta. «Hay que saber porqué la posponen, si es para introducir cambios como los que pedimos (mayor duración, más flexibilidad...) es hablarlo», apunta de la Uz, que insiste en que «nadie va a comprar sin saber cuánto le va a costar la energía el año que viene».