Asturias busca adelgazar su elevada tasa de obesidad

Graciela M.Camporro REDACCIÓN

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La tesis presentada por José Luis Rodicio evalúa el impacto económico del tratamiento quirúrgico de esta enfermedad y concluye que la cirugía bariátrica ahorra costes a largo plazo

17 jul 2016 . Actualizado a las 02:57 h.

La obesidad en España se ha duplicado en las dos últimas décadas, convirtiéndose en la segunda causa de muerte evitable tras el tabaco. Asturias se encuentra a la cabeza, con más de 25% de personas obesas entre los 25 y 64 años. Esta enfermedad se ha convertido en un problema de salud de primer orden y se estima que los pacientes consumen entre el 7 y el 10% del gasto sanitario. Este problema afecta también a países en vía de desarrollo, por lo que se habla de globesity, y es que se define a la obesidad como la epidemia del siglo XXI. Ese gasto es el que Jose Luis Rodicio ha analizado en su tesis Evaluación económica del tratamiento quirúrgico de la obesidad.

El objetivo de este estudio ha sido valorar el impacto económico del programa de cirugía bariátrica y los resultados a corto plazo. Para ello, se ha analizado a los pacientes intervenidos con este tipo de cirugía y a los que se les realizó un bypass gástrico en el Hospital Universitario Central de Asturias entre 2003 y 2012. Una de las conclusiones extraídas es el ahorro posterior que suponen estas intervenciones respecto a los costes del tratamiento para las diferentes patologías de la enfermedad.

Los pacientes atendidos en la Unidad de Cirugía Bariátrica son pacientes cuyo tratamiento en Endocrinología ha fracasado. Esta intervención es la última alternativa con la que se pretende evitar la mortalidad asociada a esta enfermedad. Entre las técnicas quirúrgicas empleadas, el bypass gástrico es la cirugía de referencia. Este procedimiento es el que se realiza principalmente en el HUCA. «La cirugía bariátrica es el único tratamiento efectivo de la obesidad mórbida demostrado a largo plazo, y si bien requiere de una inversión económica inicial importante, el ahorro generado por la mejoría de las comorbilidades tras la intervención, nos puede justificar el empleo de más recursos para el tratamiento quirúrgico de la obesidad» señala Rodicio.

De los 307 pacientes analizados en el estudio, el perfil mayoritario ha sido el de mujeres con una media de edad de 43,5 años y cuyo peso medio en la primera consulta era de 131,8 kg. Entre las patologías que presentaban se encontraba la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, displemia, síndrome de apnea e hipopnea del sueño, artrosis. El coste medio del ingreso por paciente fue de 10.572,2 euros. El tiempo medio de utilización del área quirúrgica fue de 287,7 minutos y la estancia media en el hospital de 11,2 días.

La conclusión de la tesis demuestra que el ahorro de fármacos asociados a la intervención quirúrgica amortizaría el gasto sin tener en cuenta las consultas evitadas en atención primaria y especializa, absentismo laboral e incapacidades asociadas a este problema. «Los resultados obtenidos en nuestra unidad en los más de trescientos pacientes estudiados señalan que la media de sobrepeso perdido fue del 69,3%. Esto también nos deja unas cifras de resolución de enfermedades relacionadas con la obesidad a los dos años del 75% de la HTA, 89% de diabetes mellitus tipo 2, 88% de dislipemia y 89% de apnea del sueño», afirma Rodicio.

El profesor señala además que «los buenos resultados se deben a un programa multidisciplinario en el que intervienen endocrinólogos, nutricionistas, anestesistas, psicólogos, psiquiatras, neumólogos, rehabilitadores, cirujanos y todo el personal implicado en el tratamiento de la obesidad en Asturias, ya que la cirugía no deja de ser una herramienta de la que si no se hace buen uso -tratamiento dietético asociado a modificaciones del estilo de vida-, está condenada al fracaso».

Uno de los temas tratados durante la ponencia ha sido la creencia extendida de la responsabilidad de los afectados respecto a su enfermedad. Rodicio señala que en la obesidad intervienen factores genéticos, ambientales, socioeconómicos y psicológicos, por lo que se debe evitar verlo como un paciente voluntario que no responde a los tratamientos que se le prescriben. «Muestra de todo ello es la rápida evolución que está teniendo la obesidad en los último años, a lo que no podemos achacar toda la responsabilidad al 25% que lo padece, lo que lo aleja de esa idea de voluntariedad, y viendo los resultados de la cirugía tanto en resolución de comorbilidades, pérdida de peso y calidad de vida, también nos alejamos de la idea de su incapacidad.