Uno de cada cuatro autónomos asturianos es pobre

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

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Más de 19.000 trabajadores por cuenta propia tiene en el Principado unos ingresos efectivos inferiores al salario mínimo interprofesional

23 ago 2016 . Actualizado a las 09:55 h.

La precarización del mercado laboral es una realidad que afecta a miles de asturianos, pero hay algunos colectivos que están especialmente castigados. Entre ellos, el de los autónomos. El sueño de ser tu propio jefe se convierte en pesadilla cuando los números no cuadran y las facturas pendientes de pago (y de cobro) se acumulan. A esto hay que añadir los gastos fijos que tiene todo trabajador por cuenta propia por el mero hecho de iniciar su actividad y las pocas ayudas que reciben de la administración. Este cúmulo de adversidades son las que provocan que uno de cada cuatro autónomos asturianos sea pobre, es decir, tiene unos ingresos efectivos, el dinero que les queda una vez liquidados impuestos y gastos, inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), fijado en 655,20 euros brutos mensuales para 2016. 

Asturias tenía en el mes de junio 76.235 inscritos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Por lo tanto, según UPTA (Unión Profesional de Trabajadores Autónomos), más de 19.000 trabajadores por cuenta propia cobran menos de 655 euros mensuales netos en la región. Eduardo Abad, secretario general del sindicato, añade que la mitad de los autónomos no supera los 14.000 euros de ingresos efectivos al año. Además, solo un 25% supera los 80.000 euros anuales. Estos datos evidencian que el sistema actual necesita cambios, por lo que desde UPTA han presentado una batería de propuestas al gobierno (y a los partidos de la oposición) para corregir la situación. Su principal propuesta es que los autónomos paguen en «en función de los rendimientos netos».

En la actualidad, una vez terminadas las bonificaciones a las que tienen derecho los que cumplen una serie de requisitos, todos pagan 267 euros. «No se puede tratar igual a los que no lo son», explica Abad, quien añade que «los que cobren menos del salario mínimo deberían deberían tener una cotización plana que les permita trabajar legalmente». A partir de ahí, considera que deberían establecer una serie de categorías y que, por ejemplo, los que tengan unos ingresos después de impuestos y gastos de más de 80.000 euros tengan una tarifa que sea «el doble de la actual».

Expectativas del sector

La situación económica no es halagüeña para miles de autónomos asturianos, sin embargo, sus expectativas a corto plazo no son del todo malas. Según el Observatorio del Trabajo Autónomo de ATA (Federación de Trabajadores Autónomos), más de la mitad de los trabajadores por cuenta propia de la región consideran que 2015 fue un buen año para su negocio. Además, cuatro de cada diez se muestran confiados en que su situación mejore a lo largo de 2016.

El estudio es una radiografía detallada de la situación del colectivo en la región y, entre otros, destaca aspectos como que únicamente el 34,2% de los autónomos asturianos se dirigió en 2015 a una entidad financiera a solicitar liquidez. De los que la solicitaron, se les concedió a uno de cada dos. También resulta llamativo que, según el estudio, uno de cada tres autónomos de Asturias (35,8%) contrató algún empleado a lo largo de 2015 y que el 34,7% tiene previsto hacerlo en 2016. 

Por último, el informe de ATA aporta un dato en sintonía con las reclamaciones que hacen desde UPTA, ya que dos de cada tres (66,5%) estaría de acuerdo en asimilar la base de cotización al rendimiento neto de su actividad.

Regularización de la economía sumergida

Abad explica que el RETA es un sistema deficitario que pierde unos 1.350 millones anuales entre lo que recauda por cuotas de los trabajadores y el pago de las pensiones a los jubilados. Explica que esto se debe a la integración del régimen agrario en el sistema, con un número elevado de pensionistas. El responsable de UPTA asegura que si se aplicase la propuesta que ellos plantean de pago en función de los ingresos efectivos, se ingresarían unos 1.350 millones mas cada año, por lo que se nivelaría la balanza.

Además, sostiene que hay muchas actividades que no se incluyen en el RETA porque generan tan pocos ingresos que no se declaran y que están al margen de la ley. A su juicio, toda actividad debería estar controlada, por lo que para estas personas cuyos ingresos sean bajos deberían acogerse a una cotización única, «algo similar a los 50 euros». Según Abad, esto permitiría regularizar unas 500.000 actividades en toda España y supondría una fuente importante de ingresos para las arcas públicas.