La cifra supondría duplicar el número de afiliados que tiene la región en la actualidad
27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias necesitaría una auténtica revolución de su mercado laboral para poder ser autosuficiente y que los ingresos de sus cotizantes permitiesen cubrir el pago de las pensiones que se abonan en la región. El principio de solidaridad interterritorial garantiza el modelo de caja única de la Seguridad Social en España y, gracias a ello, los más de 300.000 pensionistas que tiene el Principado tienen asegurada su jubilación. Si estos ingresos dependiesen exclusivamente de las aportaciones de los afiliados de la comunidad autónoma, el sistema hubiese quebrado hace tiempo, ya que serían necesarios 367.000 trabajadores más pagando cuotas para que el sistema sea viable.
El Principado es la segunda región española con la pensión de jubilación más elevada del país, tan solo por detrás de Madrid. Según los datos del Ministerio de Empleo correspondientes al mes de agosto, la media en Asturias es de 1.068 euros, un 18% más que la media nacional. En total, la Seguridad Social destinó el año pasado 4.253 millones a pagar pensiones en la región, mientras que tan solo recaudó 2.030 millones en concepto de cotizaciones. Es decir, existe un agujero de 2.223 millones entre la cantidad ingresada y la abonada, por lo que Asturias depende de la solidaridad de otras regiones. Si se tiene en cuenta que la base media de cotización en España de un trabajador se situó en 2015 en 1.783,73 euros al mes, y que de ahí hay que descontar aproximadamente un 28% destinado a contingencias comunes, la aportación media anual a la Seguridad Social es de 6.058 euros. Con estos datos en cuenta, Asturias necesitaría 367.000 cotizantes más cubrir los gastos que genera a la caja común. En la actualidad Asturias tiene 362.000 afiliados, por lo que tendría que duplicar su volumen de trabajadores, algo totalmente imposible.
Las cifras en Asturias
Asturias tiene en la actualidad 300.906 pensionistas según el Ministerio de Empleo, cifra que supone el 3,2% del total nacional. De ellas, 32.236 son por incapacidad permanente (con una media de 1088 euros mensuales), 175.084 por jubilación (1.273 euros), 83.925 por viudedad (707 euros), 9.055 por orfandad (447 euros) y 1.606 en favor de familias (690 euros). La media total es de 1.068 euros.
En el conjunto del país, la Seguridad Social pagó 16.500 millones en prestaciones contributivas más de los que recaudó por cotizaciones. Ese año, ingresó 117.000 millones frente a los 104.500 millones que recaudó. Con el mismo cálculo, para cubrir el déficit serían necesarios 2,7 millones de nuevos afiliados. A esto que añadir que las nuevas personas que se incorporan al mercado laboral lo hacen habitualmente con cotizaciones más bajas al tratarse de puestos de trabajo más precarios. En la mayoría de los casos, esos salarios son inferiores a las pensiones que cobran los nuevos jubilados.
La dificultad de cuadrar las cifras
El envejecimiento de la población española, más acentuada en Asturias que el la mayoría de las comunidades autónomas, es un grave problema para el mantenimiento del actual sistema de pensiones. Además, la situación empeorará a medio plazo, cuando la conocida como generación del baby boom alcance la jubilación. Para corregir la situación existen diferentes propuestas, como el retraso en la edad de jubilación, aprobado por el Gobierno de Zapatero hasta los 67 años. Otra opción sería, tal y como recogieron algunos partidos en su programa electoral en las últimas elecciones, crear un nuevo impuesto que completara los ingresos actuales de la Seguridad Social. También está la posibilidad, aunque menos plausible debido a su impopularidad, de rebajar el importe de las pensiones. Según un estudio de la Universidad de Valencia, sería necesario disminuir el importe un 3,1 de media para que los ingresos actuales cubriesen los gastos.
La hucha de las pensiones
Hasta el momento, el Gobierno está pagando las pensiones sin ningún tipo de retraso debido al uso sistemático que está haciendo del Fondo de Reserva, la conocida como hucha de las pensiones. Desde que Rajoy accesió a la Moncloa a finales del año 2011, ya ha sacado la mitad de sus fondos, hasta dejarla con 32.000 millones. El Ejecutivo nacional fía el equilibrio de las cuentas a la recuperación de la economía y a que la caída del paro suponga un importante aumento de las cotizaciones, pero no está trabajando en medidas que garanticen el sistema a largo plazo. Al ritmo actual, la hucha de las pensiones se agotará en 2018 y ahí ya no podrá aplazarse durante más tiempo la toma de deciciones.